Pretendamos por un minuto que cada uno de los tours grandes anuales del mundo del golf profesional se unieran para honrar a un individuo como Golfista Global del Año.
Cuando pensamos en eso nos damos cuenta de que no es una mala idea. En un mes de diciembre que ya está saturado de anuncios de premios de final de temporada, al menos esta sería una gran declaración digna de debates en todos los círculos del golf desde Argentina a Zimbabwe.
Bueno, si dicho premio existiese, el ganador de este año podría sorprenderlo.
El jugador que tenemos en mente no triunfó en ningún santuario del golf como el Augusta National, Pebble Beach o St. Andrews. Nunca llegó al No. 1 en el mundo. No calificó para la Copa Ryder o para la Copa FedEx Cup. Rara vez llegó a ser noticia fuera del campo de golf.
De hecho, la única vez en que este jugador realmente ganó algo de notoriedad fue en sus victorias, y eso sucedió solamente en tres ocasiones. Pero claro, dos de esos triunfos llegaron en torneos grandes, un logro que ningún otro golfista puede igualar este año y que solamente Padraig Harrington (2008) y Tiger Woods (2007) pueden adjudicarse en la década pasada.
Me estoy refiriendo, claro, a Yani Tseng.
Ganadora del Kraft Nabisco Championship y del Abierto Británico Femenino a la tierna edad de 21 años, ella terminó entre los primeros 10 lugares en 19 apariciones en la LPGA, ganando el premio al Jugador del Año, basado en puntos, al tiempo que terminaba en cuarto lugar en la lista de ganancias. Esos son números que deberían ponerla entre las mejores de este año en cualquier tour, y en cualquier género.
Lo digo ahora: si este premio hubiese existido en el 2010 y se me hubiese ofrecido un voto, mi voto hubiese sido para Graeme McDowell en una carrera muy ajustada. Esto no significa que se puede hacer un caso muy fuerte a favor de Tseng, quien se ha desarrollado como el tipo de jugadora que solamente vemos después de años de experiencia en el profesionalismo. Incluyendo el título del Campeonato 2008 de la LPGA en su temporada como novata, ella también acumuló tres campeonatos grandes en sus primeros tres años desde que se uniera al circuito de grandes ligas desde su Taiwan natal.
“Cuando era novata”, dijo Tseng después de la ronda final del domingo en el LPGA Tour Championship, “yo dije que mi sueño era ser la primera jugadora china en ganar un torneo grande, y luego llegó eso en mi primer medio año. A veces los sueños llevan mucho tiempo para concretarse, pero esto pasó muy rápido. Ahora estoy realmente esperando ganar el Abierto de Estados Unidos”.
Eso es cierto. Mientras que gran parte del mundo del golf se está poniendo gaga por el potencial que tienen Rory McIlroy, Rickie Fowler y Michelle Wie (y por buenas razones) su compañera de 21 años les ha sacado una vuelta a todos en lo que hace a trofeos. A pesar de estar en edad de beber alcohol apenas desde enero pasado y de tener todavía un par de años por delante para poder estar en edad de rentar un auto, Tseng ya cubrió tres cuartas partes del camino hacia su Grand Slam.
En caso que eso no suene muy significativo, vean la ultra-impresionante lista de aquellas que han logrado ese triunfo hasta ahora, Pat Bradley, Juli Inkster, Annika Sorenstam, Louise Suggs, Karrie Webb y Mickey Wright por el lado femenino, y Ben Hogan, Jack Nicklaus, Gary Player, Gene Sarazen y Tiger Woods para los hombres. Tseng tiene la oportunidad de transformarse no solamente en el 12do jugador en la historia para llegar al objetivo, sino que tiene un par de años todavía para superar a Woods (quien tenía solo 24 cuando completó el Slam) como el más joven de todos los tiempos.
Y aún así, Tseng no está contenta con poder resaltar lo que ha logrado hasta ahora. Una jugadora clásica de pegar duro que hace birdies de a montones y puede transformar torneos en propuestas de vida o muerte, ella ve que tiene espacio para mejorar. Esta temporada ella se clasificó octava en la LPGA en promedio de anotaciones (70.66), novena en porcentaje de rondas bajo par (69.1) y décima en distancia de drive (262.3). Todos números sólidos, pero difícilmente serán números de una leyenda.
Pregunten a qué jugadora quiere emular, y Tseng responderá con nombres como Jiyai Shin, Ai Miyazato y Na Yeon Choi, tres jugadoras con las cuales tiene muy poco en común. Lo cual es exactamente la razón por la cual ella quiere emular esos juegos.
“La manera en que ellas juegan, su estilo, es muy diferente al mío”, dijo Tseng. “Ellas son tan consistentes, tienen un swing tan suave, llevan al fairway siempre y hacen sus putts. Yo soy una jugadora agresiva, tengo muchos altibajos. Creo que necesito aprender de ellas”.
El respeto es mutuo.
“Bueno, creo que ella es sorprendente”, dijo Choi. “Ella golpea la bola con mucha potencia.
Y ella es como un buen peleador. Sí, definitivamente ella debería recibir el premio a Jugadora del Año. Ella es la mejor jugadora”.
A pesar de que el Abierto Femenino de los Estados Unidos sigue siendo un objetivo a largo plazo, Tseng puso sus ojos sobre otro premio previamente no abierto en la parte temprana de la temporada 2011: ella quiere llegar al primer puesto en los Rankings Rolex, un puesto que ha sido compartido por by Shin, Miyazato y Cristie Kerr durante el año actual, pero que continúa eludiendo a Tseng.
“Creo que vamos a oír mucho de ella al comienzo del próximo año”, dijo. “Todos están trabajando todavía tan duro en esto. Siento que va a cambiar un poco”.
Cuando se le preguntó si eso es algo bueno para el juego o si será más beneficioso ser una jugadora regular y constante en el primer puesto, ella no se guardó nada. “No lo sé”, dijo Tseng, riendo. “Si puedo tenerlo durante un tiempo largo, creo que será algo bueno”.
Por ahora, ella tendrá que contentarse con la idea de que su temporada la clasificó entre las mejores de cualquier grupo de jugadoras del mundo. Es una pena que no haya ningún premio por eso. Yani Tseng podría haberlo ganado.



















El estadounidense Tiger Woods se mantiene al frente de la clasificación mundial de golf al término del campeonato PGA cuyo vencedor, el alemán Martin Kaymer ha ascendido ocho plazas hasta ubicarse ahora en el quinto lugar.


















