Mérida nuevamente fue sacudida este fin de semana por acciones violentas de grupos encapuchados, presuntamente pertenecientes al movimiento Tupamaro, quienes tomaron varias calles de la ciudad y se apoderaron de carros, una ambulancia del Cuerpo de Bomberos y unidades de transporte público. Asimismo, quemaron cauchos y amenazaron a transeúntes con armas de fuego.
Se presume que este tipo de acciones gira en torno al asesinato de Héctor Luis Pérez Matheus (33) y Kedjiadjian Urbina Artine (39) –presuntos cabecillas de este movimiento– la noche del pasado viernes en las afueras de las residencias estudiantiles Domingo Salazar. Posteriormente la noche del sábado se suscitaron problemas que obligaron a la militarización de la ciudad de Mérida.
Se pudo conocer que los irregulares destruyeron el portón y garita de vigilancia de las Residencias Campo Neblina, adyacentes a las Domingo Salazar, atacaron con armas de fuego a los apartamentos, hiriendo a una joven. Uno de los encapuchados declaró que las acciones son respuesta a la marcha universitaria del jueves.
Usuarios de la red social Twitter, denunciaron que no hay presencia efectiva de seguridad y orden público para controlar la situación. Estos hechos violentos se repiten en Mérida a menos de un mes de haberse reportado el incendio de tres carros propiedad de la ULA, uno de la Cadena Capriles y uno del Bloque Dearmas, en otra serie de alteraciones del orden público; que también afectó el patrimonio de empresas privadas y de la universidad.
El caos se extendió durante todo el fin de semana, ayer los encapuchados se desplazaban en moto por las calles de la ciudad amedrentando a todo ciudadano que se encontraba por la vía. También se reportaron detonaciones frecuentes durante el día.
IMPACTO DE LA MARCHA DEL JUEVES
El rector de la ULA, Mario Bonucci, afirmó que estas acciones violentas se producen para tratar de opacar o distraer el impacto que causó la marcha en defensa de la universidad que se realizó el jueves, donde quedó claro “quiénes son y dónde están los sectores violentos”. Hizo un llamado al gobernador Marcos Díaz Orellana para que cumpla su ofrecimiento de capturar y enjuiciar a estos delincuentes.
CLASES SUSPENDIDAS
En medio de este caos el director de la Zona Educativa, Enrique Plata, ordenó la suspensión de clases en institutos públicos y privados de educación básica y diversificada, hasta nuevo aviso. Plata dijo que la medida será aplicada en los municipios Santos Marquina, Libertador y Campo Elías y obedece en función de garantizar la seguridad de los estudiantes, ante el temor de que se repitan alteraciones del orden público.
GARANTÍAS
Entre tanto, el gobernador del estado Mérida, Marcos Díaz, garantizó la acción de los cuerpos de seguridad en resguardo de los merideños a la vez que repudió los asesinatos y dijo que “somos los más interesados en que se determinen las responsabilidades y el móvil que ocasionó la muerte de los dos jóvenes”.
Destacó que los occisos no forman parte del grupo revolucionario Tupamaro y que hasta donde tiene conocimiento “ambos eran estudiantes o tenían matrícula en la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes”. Informó que el Ministerio Público asignó a un fiscal nacional para que se encargue de las actuaciones pertinentes, con la finalidad de que se determinen las responsabilidades de este suceso. Aseguró que su gobierno actuará de manera inmediata, no sólo para esclarecer los hechos, sino para mantener la paz y la tranquilidad en la ciudad de Mérida. 2001




































