Spurs eliminan a Mavericks

Los Spurs avanzan y Dallas vuelve a quedar eliminado temprano.
El argentino Manu Ginóbili anotó 26 puntos y San Antonio sobrevivió tras dejar escapar una ventaja de 22 puntos para vencer el jueves 97-87 a los Mavericks en el sexto partido de la serie, propinándole al alemán Dirk Nowitzki y a Dallas, el segundo preclasificado, otra eliminación en la primera ronda de los playoffs.
Los Spurs se vengaron después de que los Mavericks los eliminaran hace un año. San Antonio se enfrentará a Phoenix o a Portland en las semifinales de la Conferencia Oeste.
Nowitzki casi llevó a los Mavericks a un repunte increíble, encestando 25 de sus 33 punts en una segunda mitad extraordinaria. Pero Dallas de todas formas tropezó y se llevó su tercera salida durante la primera ronda en los últimos cuatros años.
George Hill anotó 21 puntos para los Spurs, quienes están saliendo de su peor temporada regular en la era de Tim Duncan.
Nuggets sobrevive al vencer al Jazz

Aunque Carmelo Anthony no hubiera dicho ni una palabra después del Juego 4, este partido iba a ser todo sobre él. Podría haber atravesado la rueda de prensa posterior al juego a lo Rasheed Wallace, repitiendo una frase solitaria, y no habría desviado la presión.
En los playoffs, la eliminación de un equipo siempre recae sobre los hombros de las estrellas de la NBA, de la misma manera que los triunfos y las derrotas se les adjudican a los mariscales de campo en el fútbol americano. Anthony tenía una marca de 0-6 en partidos de posible eliminación de postemporada. Cuando las cosas se ponían difíciles, Anthony se iba de pesca.
Pero esta vez, Anthony puso el pecho. Él y los Nuggets no se irán a casa, sino que viajarán a Utah cortesía de una victoria por 116-102 sobre el Jazz en el Juego 5. Utah aún lidera la serie, 3-2.
Anthony no sólo recibió la ayuda de sus compañeros, a quienes prácticamente convocó con una batiseñal el domingo pasado, sino que produjo 25 puntos y 11 rebotes. Se las arregló para involucrar a sus compañeros sin que sus numeritos del Juego 4 (39 puntos, 11 rebotes) sufrieran una caída demasiado importante. Seguro, el total de puntos cayó, pero el número de pérdidas de balón también bajó de nueve a uno.
Un directivo del equipo le dijo a Anthony que estaba tan orgulloso de él como no lo había estado nunca después del juego. Si los Nuggets van a quedar eliminados de los playoffs, aparentemente su desaparición no le será adjudicada a Anthony. Ya ha doblado su total de dobles-dobles de los playoffs pasados, y ha impuesto una mayor resistencia a la eliminación. En el Juego 6 de las Finales de la Conferencia Oeste contra los Lakers la temporada pasada, en lo que terminó siendo el último partido sus playoffs revelación, Anthony marcó 25 puntos pero lanzó con una efectividad de apenas el 35 por ciento y bajó dos rebotes.
No sólo es producción, sino también liderazgo. Es curioso cómo la percepción altera la reacción. Sus comentarios posteriores al Juego 4 — “al final del día, necesito algo de ayuda. Como unidad, tenemos que hacer esto juntos. No puedo hacerlo solo” — causaron un revuelo sorprendente.
Larry Bird reprendió a sus compañeros de los Celtics en medio de las Finales de la NBA de 1984. El entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, simplemente dijo que tenía un grupo de jugadores “jugando como perros” después del primer partido de estos playoffs. Pero ellos ya tenían placas de campeonato al momento de pronunciarse. Anthony no tenía los mismos derechos.
Sin embargo, sus palabras tuvieron el efecto deseado en el lugar más importante, en los vestidores de los Nuggets. Chauncey Billups rebotó con 21 puntos. Kenyon Martin marcó 18 tantos y nueve rebotes. Chris Andersen pasó de recibir críticas de Anthony en el banco de Utah a recibir pases de éste en la pintura, para sumar 10 puntos y siete rebotes. El comodín, J.R. Smith, encestó cuatro de sus cinco intentos de triple. Sí, fue esa clase de noche en Denver.
“Creo que una vez que todos comprendieron lo que estaba diciendo, todos respondieron al desafío”, dijo Anthony. “Nunca he señalado a nadie. Nunca dije nombres. Simplemente dije que teníamos que hacerlo como equipo. Esta noche respondimos a eso”.
Alcanzaron la mágica marca de 20 asistencias; se fueron de 44-7 durante la temporada regular cuando repartieron 20 asistencias o más.
“Vinimos juntos”, dijo Martin. “No hubo ninguna reunión de equipo ni nada, simplemente cada uno tuvo la oportunidad de mirarse en el espejo. Lo hicimos, y salimos a jugar al básquetbol como se debe”.
Pero con esta nueva unidad también llegaron más lesiones.
Nené se fue a los vestidores con un esguince en la rodilla izquierda durante la primera mitad y no regresó (tiene una resonancia magnética programada para el jueves). Los Nuggets no suenan demasiado optimistas respecto de su regreso.
Pero sí se sienten un poco mejor con ellos mismos.
“En momentos como éste aprendes mucho acerca de tu equipo”, dijo Billups. “Algunas personas se dan por vencidas y dicen, ‘Hombre, nos tienen’. Pero ninguno de nuestros hombres hizo eso. Hoy todos llegaron muy concentrados”.
Todo comenzó con Anthony. Por lo menos, se ha ganado una rueda de prensa sin cuestionamientos y un día libre sin explicaciones pendientes.
El proceso de entrenamiento es clave para los prospectos de draft de la NBA

La fecha límite para entrar en el draft de la NBA ya ha pasado, y ahora cada jugador de último año y cada jugador elegible comenzará un viaje que se divide en tres partes distintas:
1. Campamento de entrenamiento pre-Chicago
2. Campamento pre-draft de Chicago
3. Prácticas individuales y grupales con los equipos de la NBA
Las dos últimas etapas pueden acabar luciendo muy diferentes dependiendo de cada jugador. Pero la primera parte, entrenar sus cuerpos y su juego antes del combinado de draft de Chicago (19-23 de mayo), es más o menos igual para todos. Echemos aquí un vistazo a lo que emprenderán durante las próximas tres semanas, y cómo este trabajo duro puede ayudarlos en el draft, como sucedió con Jonny Flynn, Courtney Lee, Kevin Love y DeJuan Blair.
Sería fácil para los jugadores sumirse en el entrenamiento predraft si la mayoría de ellos no fueran estudiantes, pero ese no es el caso. Los jugadores de último año están a punto de graduarse o bien de terminar otro semestre, así que abandonar ahora no es la mejor jugada. Y muchos de los jugadores de años más bajos están intentando mantener su elegibilidad hasta que tengan que tomar una decisión final el 8 de mayo, de modo que ellos también tienen que ir a clase.
Entonces, ¿quiénes tienen la ventaja inicial en este proceso? Pues sí, los jugadores de años más bajos que ya han decidido hacerse profesionales. Mientras que sus competidores de draft están intentando equilibrar el entrenamiento con el estudio, ellos están totalmente dedicados a mejorar sus cuerpos y sus juegos.
El acondicionamiento es una parte fundamental del proceso predraft, en parte porque muchos de estos jugadores han estado descansando desde el cierre de su campaña. Esta fase de “descanso” es importante, ya que les da tiempo a sus cuerpos de sanar tras una larga temporada. Normalmente, yo les aconsejo a los atletas que se tomen dos semanas completas, sin preocuparse por su dieta ni por hacer alguna sesión aeróbica o de fuerza. El año pasado, Blair hizo esto y aumentó 15 libras antes de comenzar a entrenar. Su cuerpo necesitaba el descanso después de una temporada agotadora, y él fue capaz de perder esas 15 libras y otras 25 o algo así antes del campamento de Chicago. Luego adelgazó otras 20 en junio. Love podría contar una historia similar de hace dos años.
Si cada jugador comienza a entrenar el 19 de abril, tendría un mes completo antes del campamento de Chicago, lo que es bastante tiempo para adquirir un excelente estado físico. La realidad es que la mayoría de los chicos comienzan a trabajar a principios de abril, de manera que están listos para hacer una o dos prácticas de NBA antes del campamento predraft.
Los jugadores que entrenen entre tres y cuatro semanas estarán atravesando un proceso complejo, uno diseñado para maximizar el físico de un jugador, tanto en aspecto como en productividad, junto con su juego en general. El “examen de ojo” es algo que cada jugador espera pasar — y tal vez hasta sorprender a los evaluadores — cuando son revisados por primera vez por el personal del equipo. Recuerda, casi todos estos jugadores han sido invisibles para la gente de la NBA desde su último partido en marzo, así que la oportunidad de impresionarlos con músculos abultados y cuerpos delgados es evidente. Los ejecutivos de la NBA esperan ver a los muchachos pesados luciendo más livianos y a los delgaditos un poco más fortachos, o al menos más grandes.
Al igual que en el draft de la NFL, los jugadores pueden engañar a los equipos de la NBA con excelentes marcas en áreas que no tienen nada que ver con el deporte en sí, ya que los equipos quieren ver pruebas de que se han esforzado para ponerse fuertes y en forma. Ten en cuenta que el juego universitario se basa en la potencia, ya que los jugadores más fuertes se aprovechan de los más pequeños y livianos, y los árbitros permiten más contacto. En la NBA, aunque sí se ven duelos de poder, el juego se basa más en la velocidad y la rapidez, y el arbitraje es mucho más estricto.
Muchos jugadores estarán entrenando para mejorar su salto (una pierna y dos) ya que serán evaluados en eso en Chicago. También estarán trabajando en una serie de carreras cortas y de media distancia, ya que harán una prueba de velocidad en Chicago. Además, seguirán un programa de entrenamiento de fuerza en todo el cuerpo, y tendrán que hacer una prueba de banco, aunque parece que esta prueba en particular podría desaparecer, considerando que Kevin Durant no pudo levantar 180 libras ni una sola vez y aún así fue seleccionado con el pick Nº 2 del draft y se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la liga.
Este entrenamiento de rendimiento general sin duda es importante para el proceso, tal como lo es para los veteranos de la NBA. Es erróneo suponer que un jugador se encuentra en su mejor momento deportivo cuando sale de la universidad. De hecho, debería estar a años luz de ese pico. Pero también es un error pensar que un jugador universitario de tercer o cuarto año será fundamentalmente sólido en la cancha. Los grandes entrenadores universitarios pueden ganar partidos reclutando jugadores talentosos y transformándolos en un equipo, con cada integrante enfocado en aportar sus fortalezas y evitar sus debilidades. En consecuencia, la mayoría de los jugadores que ingresan en el draft tienen graves deficiencias fundamentales que deben ser corregidas para ayudarlos a ascender en la tabla de draft.
Así que dentro de tres semanas, cada jugador debería tener un plan global de entrenamiento establecido que más o menos atienda sus puntos débiles a diario. Al mismo tiempo, el mantenimiento de sus puntos fuertes es fundamental, para que los jugadores pueden añadir nuevas habilidades sin perder las que ya tienen. Es por ésto que la mayoría de los jugadores estarán en la cancha dos o tres horas al día, seis días a la semana, durante el mes de mayo. A eso súmale dos horas diarias de entrenamiento de fuerza y rendimiento, además de unos 45 minutos de trabajo aeróbico, y es fácil comprender por qué muchos de ellos lucen y juegan mucho mejor en mayo y junio (y en las ligas de verano de julio) que durante la temporada anterior.
Courtney Lee es un gran ejemplo de este fenómeno. En la universidad, parecía que sería un atleta superior a la media, pero rindió como un jugador de elite para los equipos de la NBA. Lo vi personalmente mientras clavaba una bandeja durante un contraataque en el mes de febrero de su último año universitario y seis scouts de la NBA fruncieron el ceño. Pero después de entrenar para jugar con un mejor rendimiento, durante las prácticas privadas les demostró a los equipos lo que el mundo pudo ver en las finales de la Conferencia Este la primavera pasada, cuando clavó dos volcadas sobre LeBron James. Sin ese plus de atletismo, habría caído a la segunda ronda, adonde estaba proyectado inicialmente.
Ten en cuenta que todo este trabajo se hace por cada prospecto de forma individual, a diferencia de las horas que se pasaban cada día en la universidad trabajando en cuestiones de equipo. Cuando los jugadores viajen a Chicago, realmente deberían sentir que nunca habían estado tan preparados para jugar al básquetbol en sus vidas.
Las prácticas sin duda son la parte más importante del proceso de draft, ya que ser superado por un competidor nunca puede ser bueno. Pero existe otra área en la que los jugadores pueden distinguirse del resto de los reclutas, y es en la sala de entrevistas.
En la NFL, a ésto le llaman “el efecto Ben Roethlisberger”. La NBA aún no tiene un nombre para este fenómeno, pero no te quepa ninguna duda de que los equipos cada vez le dan más importancia al carácter, la inteligencia y la “aptitud”. Los San Antonio Spurs y el Oklahoma City Thunder han sido los más explícitos en este aspecto en la búsqueda de “su tipo de hombre”, y los resultados que han obtenido sólo han promovido la causa para los demás. En consecuencia, los reclutas también serán entrenados en este aspecto, para estar mejor preparados para hablar de temas que pueden variar desde su libro favorito hasta cómo actuarían en situaciones hipotéticas (tal vez relacionadas con las drogas y sus compañeros de equipo). Flynn fue la estrella indiscutible del proceso de entrevistas el año pasado, mostrando inteligencia y los clásicos rasgos de liderazgo durante sus sesiones de preguntas y respuestas con los equipos. Es una de las grandes razones por las que fue seleccionado con el sexto pick global.
No hay una determinada fórmula que funcione mejor que las demás, más allá de “el talento prevalece sobre todo”. Así que para muchachos como John Wall y Evan Turner, simplemente lucir y actuar como se espera de ellos es todo lo que necesitan hacer para asegurarse de ser escogidos en los primeros lugares. Pero para la mayoría de los jugadores, estando en igualdad de condiciones que al menos uno o dos hombres más, las pequeñas cosas pueden hacer toda la diferencia. Ser desprolijo con esas cosas, como no prepararse adecuadamente para este proceso, es una bandera roja para los equipos.
Es por eso que algunos jugadores se esfuerzan como nunca antes, con la esperanza de impresionar a los equipos y sugerir que trabajarán sin descanso en sus juegos durante los próximos años. El draft siempre se basa en parte sobre lo que el jugador ya ha logrado, pero lo más importante es lo que proyectan hacer en el futuro. Ningún jugador se ayuda a más a sí mismo que aquel que el 25 de junio tiene a los ejecutivos enfrascados en la sala de draft hablando sobre cuánto ha mejorado en comparación con lo que vieron de él durante toda la temporada
La fecha límite para entrar en el draft de la NBA ya ha pasado, y ahora cada jugador de último año y cada jugador elegible comenzará un viaje que se divide en tres partes distintas:
1. Campamento de entrenamiento pre-Chicago
2. Campamento pre-draft de Chicago
3. Prácticas individuales y grupales con los equipos de la NBA
Las dos últimas etapas pueden acabar luciendo muy diferentes dependiendo de cada jugador. Pero la primera parte, entrenar sus cuerpos y su juego antes del combinado de draft de Chicago (19-23 de mayo), es más o menos igual para todos. Echemos aquí un vistazo a lo que emprenderán durante las próximas tres semanas, y cómo este trabajo duro puede ayudarlos en el draft, como sucedió con Jonny Flynn, Courtney Lee, Kevin Love y DeJuan Blair.
Sería fácil para los jugadores sumirse en el entrenamiento predraft si la mayoría de ellos no fueran estudiantes, pero ese no es el caso. Los jugadores de último año están a punto de graduarse o bien de terminar otro semestre, así que abandonar ahora no es la mejor jugada. Y muchos de los jugadores de años más bajos están intentando mantener su elegibilidad hasta que tengan que tomar una decisión final el 8 de mayo, de modo que ellos también tienen que ir a clase.
Entonces, ¿quiénes tienen la ventaja inicial en este proceso? Pues sí, los jugadores de años más bajos que ya han decidido hacerse profesionales. Mientras que sus competidores de draft están intentando equilibrar el entrenamiento con el estudio, ellos están totalmente dedicados a mejorar sus cuerpos y sus juegos.
El acondicionamiento es una parte fundamental del proceso predraft, en parte porque muchos de estos jugadores han estado descansando desde el cierre de su campaña. Esta fase de “descanso” es importante, ya que les da tiempo a sus cuerpos de sanar tras una larga temporada. Normalmente, yo les aconsejo a los atletas que se tomen dos semanas completas, sin preocuparse por su dieta ni por hacer alguna sesión aeróbica o de fuerza. El año pasado, Blair hizo esto y aumentó 15 libras antes de comenzar a entrenar. Su cuerpo necesitaba el descanso después de una temporada agotadora, y él fue capaz de perder esas 15 libras y otras 25 o algo así antes del campamento de Chicago. Luego adelgazó otras 20 en junio. Love podría contar una historia similar de hace dos años.
Si cada jugador comienza a entrenar el 19 de abril, tendría un mes completo antes del campamento de Chicago, lo que es bastante tiempo para adquirir un excelente estado físico. La realidad es que la mayoría de los chicos comienzan a trabajar a principios de abril, de manera que están listos para hacer una o dos prácticas de NBA antes del campamento predraft.
Los jugadores que entrenen entre tres y cuatro semanas estarán atravesando un proceso complejo, uno diseñado para maximizar el físico de un jugador, tanto en aspecto como en productividad, junto con su juego en general. El “examen de ojo” es algo que cada jugador espera pasar — y tal vez hasta sorprender a los evaluadores — cuando son revisados por primera vez por el personal del equipo. Recuerda, casi todos estos jugadores han sido invisibles para la gente de la NBA desde su último partido en marzo, así que la oportunidad de impresionarlos con músculos abultados y cuerpos delgados es evidente. Los ejecutivos de la NBA esperan ver a los muchachos pesados luciendo más livianos y a los delgaditos un poco más fortachos, o al menos más grandes.
Al igual que en el draft de la NFL, los jugadores pueden engañar a los equipos de la NBA con excelentes marcas en áreas que no tienen nada que ver con el deporte en sí, ya que los equipos quieren ver pruebas de que se han esforzado para ponerse fuertes y en forma. Ten en cuenta que el juego universitario se basa en la potencia, ya que los jugadores más fuertes se aprovechan de los más pequeños y livianos, y los árbitros permiten más contacto. En la NBA, aunque sí se ven duelos de poder, el juego se basa más en la velocidad y la rapidez, y el arbitraje es mucho más estricto.
Muchos jugadores estarán entrenando para mejorar su salto (una pierna y dos) ya que serán evaluados en eso en Chicago. También estarán trabajando en una serie de carreras cortas y de media distancia, ya que harán una prueba de velocidad en Chicago. Además, seguirán un programa de entrenamiento de fuerza en todo el cuerpo, y tendrán que hacer una prueba de banco, aunque parece que esta prueba en particular podría desaparecer, considerando que Kevin Durant no pudo levantar 180 libras ni una sola vez y aún así fue seleccionado con el pick Nº 2 del draft y se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la liga.
Este entrenamiento de rendimiento general sin duda es importante para el proceso, tal como lo es para los veteranos de la NBA. Es erróneo suponer que un jugador se encuentra en su mejor momento deportivo cuando sale de la universidad. De hecho, debería estar a años luz de ese pico. Pero también es un error pensar que un jugador universitario de tercer o cuarto año será fundamentalmente sólido en la cancha. Los grandes entrenadores universitarios pueden ganar partidos reclutando jugadores talentosos y transformándolos en un equipo, con cada integrante enfocado en aportar sus fortalezas y evitar sus debilidades. En consecuencia, la mayoría de los jugadores que ingresan en el draft tienen graves deficiencias fundamentales que deben ser corregidas para ayudarlos a ascender en la tabla de draft.
Así que dentro de tres semanas, cada jugador debería tener un plan global de entrenamiento establecido que más o menos atienda sus puntos débiles a diario. Al mismo tiempo, el mantenimiento de sus puntos fuertes es fundamental, para que los jugadores pueden añadir nuevas habilidades sin perder las que ya tienen. Es por ésto que la mayoría de los jugadores estarán en la cancha dos o tres horas al día, seis días a la semana, durante el mes de mayo. A eso súmale dos horas diarias de entrenamiento de fuerza y rendimiento, además de unos 45 minutos de trabajo aeróbico, y es fácil comprender por qué muchos de ellos lucen y juegan mucho mejor en mayo y junio (y en las ligas de verano de julio) que durante la temporada anterior.
Courtney Lee es un gran ejemplo de este fenómeno. En la universidad, parecía que sería un atleta superior a la media, pero rindió como un jugador de elite para los equipos de la NBA. Lo vi personalmente mientras clavaba una bandeja durante un contraataque en el mes de febrero de su último año universitario y seis scouts de la NBA fruncieron el ceño. Pero después de entrenar para jugar con un mejor rendimiento, durante las prácticas privadas les demostró a los equipos lo que el mundo pudo ver en las finales de la Conferencia Este la primavera pasada, cuando clavó dos volcadas sobre LeBron James. Sin ese plus de atletismo, habría caído a la segunda ronda, adonde estaba proyectado inicialmente.
Ten en cuenta que todo este trabajo se hace por cada prospecto de forma individual, a diferencia de las horas que se pasaban cada día en la universidad trabajando en cuestiones de equipo. Cuando los jugadores viajen a Chicago, realmente deberían sentir que nunca habían estado tan preparados para jugar al básquetbol en sus vidas.
Las prácticas sin duda son la parte más importante del proceso de draft, ya que ser superado por un competidor nunca puede ser bueno. Pero existe otra área en la que los jugadores pueden distinguirse del resto de los reclutas, y es en la sala de entrevistas.
En la NFL, a ésto le llaman “el efecto Ben Roethlisberger”. La NBA aún no tiene un nombre para este fenómeno, pero no te quepa ninguna duda de que los equipos cada vez le dan más importancia al carácter, la inteligencia y la “aptitud”. Los San Antonio Spurs y el Oklahoma City Thunder han sido los más explícitos en este aspecto en la búsqueda de “su tipo de hombre”, y los resultados que han obtenido sólo han promovido la causa para los demás. En consecuencia, los reclutas también serán entrenados en este aspecto, para estar mejor preparados para hablar de temas que pueden variar desde su libro favorito hasta cómo actuarían en situaciones hipotéticas (tal vez relacionadas con las drogas y sus compañeros de equipo). Flynn fue la estrella indiscutible del proceso de entrevistas el año pasado, mostrando inteligencia y los clásicos rasgos de liderazgo durante sus sesiones de preguntas y respuestas con los equipos. Es una de las grandes razones por las que fue seleccionado con el sexto pick global.
No hay una determinada fórmula que funcione mejor que las demás, más allá de “el talento prevalece sobre todo”. Así que para muchachos como John Wall y Evan Turner, simplemente lucir y actuar como se espera de ellos es todo lo que necesitan hacer para asegurarse de ser escogidos en los primeros lugares. Pero para la mayoría de los jugadores, estando en igualdad de condiciones que al menos uno o dos hombres más, las pequeñas cosas pueden hacer toda la diferencia. Ser desprolijo con esas cosas, como no prepararse adecuadamente para este proceso, es una bandera roja para los equipos.
Es por eso que algunos jugadores se esfuerzan como nunca antes, con la esperanza de impresionar a los equipos y sugerir que trabajarán sin descanso en sus juegos durante los próximos años. El draft siempre se basa en parte sobre lo que el jugador ya ha logrado, pero lo más importante es lo que proyectan hacer en el futuro. Ningún jugador se ayuda a más a sí mismo que aquel que el 25 de junio tiene a los ejecutivos enfrascados en la sala de draft hablando sobre cuánto ha mejorado en comparación con lo que vieron de él durante toda la temporada.