La tragedia de los reguladores dependientes
El Gobierno falló la propuesta de la CMVM de aumentar las tasas de supervisión, dejando al regulador del mercado de capitales en una situación difícil, como se puede leer en la página 15 de esta edición de la JE.
Debemos evitar sacar conclusiones antes de conocer las razones que explican esta decisión. Después de todo, no debemos olvidar que muchas empresas están atravesando dificultades. La crisis no perdona a nadie, incluidas las empresas que pagan tarifas a la CMVM. Incluso podríamos argumentar que es justo que la CMVM comparta las dificultades que atraviesan actualmente sus supervisores.
Sin embargo, esta situación no es un fenómeno aislado y es parte de lo que ha sido un modo de acción que ha contribuido al debilitamiento de la CMVM, la Autoridad de Competencia, la ASF y otros reguladores. Me refiero a que estos reguladores necesitan la autorización de Hacienda para poder mover libremente sus reservas.
¿Es posible tener reguladores verdaderamente independientes si necesitan la aprobación del gobierno para usar recursos que son suyos? La verdadera independencia implica la capacidad de decir «no» a los gobiernos que, como sabemos, rara vez son verdaderamente neutrales en las grandes operaciones que se llevan a cabo en Portugal. Pero, ¿puede un regulador decir «no» cuando está justificado, mientras espera la autorización de Terreiro do Paço?
Lo más trágico de todo es que los lesionados son siempre los mismos: los portugueses.