Canberra acusa a Teherán de espiar a disidentes en Australia
El gobierno australiano ha acusado a Irán de espiar a los activistas y disidentes iraníes que viven en el país.
La ministra del Interior australiana, Clare O’Neil, dijo que la agencia de inteligencia del país desmanteló el año pasado «actividades de algunos individuos que habían realizado vigilancia en el hogar» de un ciudadano de nacionalidad iraní y australiana, en el contexto de las protestas de grupos antigubernamentales en Teherán.
Las manifestaciones, que estallaron en Irán tras la muerte, el 16 de septiembre, de la kurda Mahsa Amini, de 22 años, detenida por la policía de la moralidad por llevar el velo islámico de forma incorrecta, se replicaron en muchos países, entre ellos Australia.
En un discurso en la Universidad Nacional de Australia, O’Neil reafirmó que las autoridades de Canberra serán implacables ante cualquier acto de injerencia extranjera en el territorio.
“No retrocederemos y permitiremos que los australianos o incluso los visitantes de nuestro país sean observados y rastreados por gobiernos extranjeros en nuestro territorio”, enfatizó.
“Para los Estados que operan en las sombras, tengo un mensaje simple: estamos atentos”, advirtió O’Neil, prometiendo que el Gobierno australiano actuará con transparencia y denunciará los actos de injerencia cometidos en Australia por otros países.
En los últimos años, las autoridades australianas han observado con preocupación cómo países como China, Irán, Ruanda y Camboya intimidan y vigilan a los opositores políticos en Australia, informó la emisora pública ABC.
En este sentido, Canberra ha aprobado, en los últimos años, varias leyes para bloquear supuestas injerencias extranjeras en la política y economía del país, especialmente de Pekín, acusada de estar detrás de ataques informáticos contra universidades y entidades gubernamentales, además de ser sospechosa de haber financiado políticos y periodistas.