El activista Alaa Abd el-Fattah estuvo al borde de la muerte tras una huelga de hambre en una prisión egipcia, dice su familia
El activista político egipcio-británico Alaa Abd el-Fattah estaba al borde de la muerte cuando rompió su huelga de hambre y tuvo que ser revivido tras colapsar en una prisión egipcia, dijo su familia después de visitarlo el jueves. Era el primero con él en semanas.
Desde el 2 de abril, Abd el-Fattah ha estado en huelga de hambre total o parcial para protestar por su detención y las condiciones de prisión. El 6 de noviembre, fecha de apertura de la cumbre climática COP27, intensificó la protesta, dejando también de beber agua.
Esta semana, el activista dijo en una carta que puso fin a la huelga de hambre.
Después de reunirse y hablar con el-Fattah detrás de una mampara de vidrio en la prisión de Wadi al-Natrun, al noroeste de El Cairo, en su primera visita en casi un mes, la familia dijo que su salud se había deteriorado gravemente.
Los familiares dijeron que el activista se derrumbó en la ducha el 11 de noviembre, cayó inconsciente y fue revivido. “Él relató que había sido una experiencia cercana a la muerte. Así fue como se levantó la huelga de hambre”, dijeron en un comunicado de prensa.
Según el comunicado, el 8 de noviembre, el-Fattah se negó a someterse a un examen médico sin el reconocimiento oficial de su huelga de hambre. Se lo llevó la policía antidisturbios, se resistió y lo llevaron de vuelta a su celda.
“Cuando lo metieron en la celda, comenzó a golpearse la cabeza contra la pared. Estaba inmovilizado y amarrado”, según el comunicado.
No fue posible obtener una declaración de un portavoz del Ministerio del Interior. El 10 de noviembre, en una rara declaración oficial sobre el caso, la fiscalía egipcia dijo que Alaa Abd el-Fatth se había sometido a exámenes médicos y que su estado físico era bueno.
El comunicado, que la familia del activista dijo que estaba plagado de información errónea, describió su huelga de hambre como «cuestionable».
Una huelga de hambre se cernía sobre las conversaciones climáticas COP27 en el centro turístico egipcio de Sharm el-Sheikh en el Mar Rojo. La semana pasada, el presidente estadounidense Joe Biden y los líderes europeos discutieron el caso con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sissi.
Un activista y bloguero que saltó a la fama durante el levantamiento de la Primavera Árabe de 2011 que derrocó al presidente Hosni Mubarak, Alaa Abd el-Fattah ha llegado a ser visto como un símbolo de las decenas de miles de egipcios, desde liberales hasta islamistas, detenidos en oleadas de represión más tarde.
Cuando comenzó su huelga de hambre, solo recientemente se le había otorgado la ciudadanía británica, algo que su familia esperaba ayudaría a asegurar su liberación. Los funcionarios británicos han estado solicitando realizar una visita consular a el-Fattah, pero la solicitud no ha sido concedida.
La hermana del preso político, Sanaa Seif, quien acudió la semana pasada a la COP27 para hacer campaña por la liberación del activista y formó parte del grupo de familiares que lo visitaron el jueves, dijo que estaba muy delgado y dijo que cuando estuvo cerca de la muerte, se sintió aliviado.
«Pensé que todo esto finalmente iba a terminar», dijo.
«Está en un estado muy volátil, pierde constantemente la noción de lo que dice», dijo Seif a Reuters. “Cuando comencé a contarle sobre la campaña, comenzó a prestar atención y dijo que estaba dispuesto a volver a la huelga de hambre, pero le dije ‘no, necesitas descansar’”.
El presidente al-Sissi, quien en 2013 dirigió el derrocamiento militar del primer presidente elegido democráticamente de Egipto después de enormes protestas antigubernamentales nacionales, ahora dice que la seguridad y la estabilidad son primordiales y niega que haya presos políticos en el país.
La protesta de Abd el-Fattah provocó manifestaciones de solidaridad en el área de la conferencia COP27 dirigida por la ONU.
Las imágenes de video publicadas en las redes sociales de un pleno popular de activistas en la cumbre mostraban a personas cantando «Liberen a Alaa, liberen a todos», en referencia a Abd el-Fattah y otros presos políticos.
