China realiza entrega sin precedentes de armas a aliado de Putin en Serbia

China realizó su primera entrega importante de armas a un país europeo este fin de semana cuando seis de sus aviones de transporte pesado Y-20 volaron a la capital de Serbia, Belgrado.

En las bahías de carga, según analistas militares, un número incierto de baterías antiaéreas FK-3 de largo alcance compradas por los serbios en 2020.

El momento no podía ser más sensible. Serbia es uno de los aliados más cercanos de Rusia a Vladimir Putin, quien a su vez tiene el mayor socio de China: Beijing no ha condenado la invasión de Ucrania y ha mantenido una cautelosa distancia pública del conflicto bajo la presión de Estados Unidos.

El presidente serbio, Aleksandr Vucic, fue reelegido la semana pasada, y aunque su país votó en Naciones Unidas para condenar el atentado, el líder evita las críticas a Putin y mantiene buenas relaciones con Moscú, un aliado histórico con el que tiene vínculos étnicos, lingüísticos y culturales. lazos religiosos

La trama se complica por el temor, entre los observadores europeos, de que la inestabilidad que una eventual victoria rusa contra Kiev, aunque sea parcial, pueda generar en el continente -particularmente, en los convulsos Balcanes.

La década de 1990 vio la partición de Yugoslavia, una federación centrada en Serbia, que se llevó a cabo con diversos grados de violencia: desde el breve conflicto que hizo que Eslovenia obtuviera la independencia en 1991 hasta la sangrienta guerra civil entre serbios, croatas y musulmanes en Bosnia y Herzegovina.

Pero el nudo en la garganta de Belgrado es Kosovo, una provincia de mayoría albanesa que se convirtió en país gracias a la intervención militar de la OTAN, la alianza liderada por Estados Unidos, en apoyo de los separatistas que acusaron a los serbios de genocidio en 1999. La acción continúa hoy. citado por cualquier político en Rusia al señalar lo que ellos llaman expansionismo occidental.

En esa guerra, lo que quedaba de Yugoslavia (Serbia, Montenegro y Kosovo) fue bombardeado desde el aire hasta que cedió el control de la entonces provincia. Agregando sabor a la narrativa actual, un supuesto error destruyó la embajada china en Belgrado.

Con todo esto, en los círculos políticos de Europa del Este se especula con que Serbia pueda eventualmente intentar recuperar el control de la región, en la que contaría con el apoyo de Rusia y, presumiblemente, de China.

La gran llegada de las armas, con los aviones entrando en el espacio aéreo europeo el viernes por la noche (8), llamó la atención. Los Y-20 son modelos similares a los gigantes C-17 estadounidenses, símbolo del poder de proyección global de Washington, y volaron según imágenes tomadas por observadores de aviones con sus sistemas militares de contramedidas listos para usar.

Es decir, percibieron cierto riesgo de volar en el congestionado espacio aéreo de la OTAN, repleto de aviones de combate, drones y aviones espías electrónicos alrededor de la región conflagrada.

Y luego están las armas en sí, no utilizadas en territorio europeo. Los FK-3 son versiones de exportación del sistema estándar de misiles HQ-22 del Ejército Popular de Liberación de China. Pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 150 km, de forma similar a los S-300 rusos utilizados por ambos bandos en la guerra de Ucrania.

La compra china se consideró intrigante cuando se anunció precisamente porque Serbia es un cliente frecuente de la industria militar de Putin. Belgrado también ha adquirido drones Chengdu Pterodactyl, que pueden usarse para reconocimiento o ataques con misiles y bombas.

El inventario de armas del país está compuesto básicamente por equipamiento soviético y ruso, y ahora con lo que Vucic anunció el domingo como «el nuevo orgullo de las Fuerzas Armadas de Serbia». Hasta ahora, Belgrado solo ha operado sistemas portátiles antiguos de corto alcance.

En los últimos años, EE. UU. ha insistido en incluir la amenaza estratégica que percibe en China como una agenda prioritaria de la OTAN, que fue creada para contener a los soviéticos en Europa. La guerra devolvió el foco a Moscú, pero la alianza entre Putin y Xi Jinping y el reordenamiento del paisaje geopolítico inspirado en el conflicto parece acercar a todos los actores al mismo escenario de la Guerra Fría 2.0 que ya libraban los chinos y americanos.

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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