Vicepresidenta Dina Boluarte investidura como nueva Jefa de Estado de Perú
Dina Boluarte, exvicepresidenta peruana, asumió como nueva jefa de Estado de Perú, luego de que Pedro Castillo fuera destituido por el Congreso, acusado de intentar dar un golpe de Estado al anunciar la disolución de ese organismo.
«Asumo [o poder] de conformidad con la Constitución del Perú, desde este momento hasta el 26 de julio de 2026”, dijo ante el parlamento Dina Boluarte, la primera mujer en dirigir el Perú.
Esta abogada de izquierda de 60 años aseguró, en su discurso tras asumir el cargo, que entre sus compromisos estará “la defensa” de la soberanía nacional. También garantizó que «cumplirá y hará cumplir» la Constitución y las leyes de su país.
“Antes de ser política, soy ciudadana peruana y madre, que es plenamente consciente de la gran responsabilidad que la historia me pone sobre los hombros”, resaltó el nuevo jefe de Estado, antes de insistir en que “hubo un intento de golpe de Estado promovido” por Castillo. .
Ante la inestabilidad, Boluarte llamó a «un amplio proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas nacionales» y pidió una tregua política para combatir la corrupción.
Al acto solemne asistieron diputados y otras altas autoridades del poder del Estado y de las Fuerzas Armadas, aplaudida por haber anunciado que respetaría la sucesión constitucional en el país.
Cientos de manifestantes salieron a las calles de la capital peruana, Lima, luego de que el Congreso aprobara la destitución del presidente peruano Pedro Castillo.
Con una fuerte presencia policial, decenas de manifestantes se congregaron frente al parlamento con banderas y pancartas peruanas, celebrando la caída del poder de Castillo.
Intento de «golpe de Estado»
Pedro Castillo fue detenido y se encuentra en la comisaría de Lima, luego de ser destituido por el Congreso, acusado de intentar dar un golpe de Estado. El parlamento peruano aprobó la moción de censura contra el presidente del país por «incapacidad moral», con 101 de 130 votos a favor, horas después de que Castillo anunciara la disolución de ese organismo, la creación de un «gobierno de emergencia» y la instauración de un mandato toque de queda.
Miembros del propio gobierno, instituciones del Estado peruano y líderes de la oposición denunciaron el intento de “golpe de Estado” y solicitaron la intervención de las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional.
En reacción a la decisión de Castillo, los ministros de Economía, Relaciones Exteriores, Trabajo y Justicia de Perú renunciaron.
También la Defensoría del Pueblo [ombudsman]un organismo de gobierno autónomo, había advertido en un comunicado, antes del juicio político, que Perú estaba en camino a un colapso constitucional «que solo puede llamarse un golpe [de Estado]🇧🇷
El embajador peruano en Estados Unidos, Oswaldo de Rivero, el representante ante la ONU, Manuel Rodríguez Cuadros, y el embajador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Harold Forsyth, también anunciaron su renuncia.
Expresidentes de Perú también emitieron mensajes condenando el intento de “golpe de Estado” de Castillo.
Ollanta Humala manifestó su «repudio total» a la actuación de Castillo, mientras que Martín Vizcarra rechazó «totalmente» el «ataque a la democracia» y Francisco Sagasti, antecesor de Castillo en el cargo, aseguró que el ahora presidente saliente se ha colocado «al margen de la ley y la Constitución». para deshacerse de las acusaciones y «ocultar su incompetencia».
“Como expresidente de la República hago un llamado a toda la ciudadanía e instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil a mantener la calma y buscar soluciones políticas en el marco de la Constitución”, exhortó.
La Conferencia Episcopal de Perú también acusó a Pedro Castillo de intentar dar un «golpe de Estado», llamando a la «unidad nacional», al «mantenimiento de la tranquilidad» y al «cese de cualquier forma de violencia».
Los obispos en un comunicado rechazaron «absolutamente» lo que consideraron «una violación del orden constitucional».
“Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quien asume funciones públicas en desacuerdo con la Constitución y las leyes”, recalcó.
Países como Estados Unidos, España y Colombia se manifestaron en contra de la decisión de Pedro Castillo y celebraron la destitución decidida por el parlamento, apelando a la calma entre la población.