Un partido no es una familia
El ajuste de la derecha del partido espectro político portugués no estaba en las Tablas de la Ley, o la generación que lo creó – y dirigido en gran medida en los últimos años – encarna el final de la historia. Vale lo mismo para la izquierda que, a pesar de todo, ya ha movido más con la aparición y la solidificación del BE.
En el pasado, derecha o centro-derecha legislativa, o de las partes a la derecha del PS (léase, por favor, expresiones como derecha o liberal utilizan en este texto en el sentido de que están actualmente en Portugal) perdieron más de 700.000 votos, parte de ellos para el BE y para el PAN. En 10 años, los partidos del antiguo arco de la gobernación perdieron cerca de 1.3 millones de votos. La derecha alcanzó sus mínimos en las últimas legislaciones, cerca de dos millones de votos. PSD, PS, BE, CDS y CDU, en 20 años, perdieron cerca de 850 mil votos. La abstención en las últimas legislaciones fue de alrededor del 43%.
Pero Santana Lopes anunció que sale del PSD y que tal vez funde o se adhiera a un nuevo partido – y Camões resucitó. Los párrafos anteriores no se merecen una consideración seria, pero la base hipotética de un partido, en el que, según las encuestas, un 4,8%, 1,9% otros, el portugués, podían votar, más bien, asustar! No asusta la creciente insignificancia de los partidos existentes, pero asusta la posibilidad de que nuevos partidos aparezcan. No es el partido del Santana, aunque lo tomamos aquí como punto de partida, son otros posiblemente. Porque hay espacio – y el espacio no es sólo para la protesta.
El "yo quiero intervenir políticamente en una habitación que no reconocen la libertad de voto cuando se enfrenta con la agenda moral de la extrema izquierda, que establecen los principios, los valores y las tradiciones de identidad portuguesa" – y la frase es Santana Lopes – Francisco Louçã miedo de que el expreso predijo un fracaso para una parte que alega una menor Portugal Europea y que se niega a Bruselas de ser pisado. Tal vez tenga como única solución -y aún así débil- arrojarse a los inmigrantes, añadió, o ser defensor de "un país tradicionalista, temeroso y obediente a la sacristía. En ese país, las mujeres serían presas si abortas, las parejas gay tendrían que vivir a escondidas, los jóvenes piarían finito, todo seguiría el misal. Concluyó Louçã que en esa "derecha de la derecha" no vive nadie. ¡Ay, mora! Y no es sólo en el CDS! Al final, Santana nunca ocultó esta agenda en las directas del PSD y tuvo casi la mitad de los votos de los militantes.
Ahora bien, si en cuanto al partido tradicionalista, Louçã no necesita preocuparse por el BE, en cuanto al escepticismo europeo, puede precisar. Si, como dice Nuno Garoupa, en 2015 el BE valía el 5% y llegó al 10% con los votos de protesta de los votantes hartos del antiguo arco de la gobernación – y el bofetón Robles puso este 5% en la cuerda floja -, añade a esto un " el nuevo partido populista, a protestar como parte del electorado-tipo del BE, no viene siquiera nada a la mano.
Esto por no hablar de la posibilidad del "pedronunismo" de autonomizar. ¿Y si? Lo que ciertamente también preocupa a Louçã es verificar que un sondeo de Aximage para el CM y el Negocios indica que los principales desplazamientos de votos para el nuevo partido de Santana Lopes vienen del CDS, del PSD y del … Bloque de Izquierda. También existe la posibilidad de que beneficie a corto plazo ya en las próximas elecciones legislativas, una mayoría absoluta del PS. Un susto.
Y asustó a Marcelo Rebelo de Sousa. En primer lugar porque la autonomización del populismo lo asusta. Ha hablado varias veces de este peligro y tal vez lo encuentre controlado si esta corriente se mantiene contenida en el interior del PSD.
Pero, además, el Presidente de la República, observó, sobre la salida de Santana del PSD lo siguiente: "Para mí, el partido es una familia y no se cambia una familia …".
Admiro profundamente el papel del Presidente República en cosas como el último periplo para la promoción del turismo en las zonas quemadas el año pasado, todos los días que ha sido desde que los incendios comenzaron y actitudes similares. Lo adoro aún más cuando dice, a cada promulgación de leyes que van contra sus convicciones personales, que no es por pensar de manera diferente que deja de promulgar lo que la mayoría quiere. Esta última postura es de las que más me transmite seguridad como ciudadana. Pero Marcelo tiene en sí la contradicción. No se puede traer alivio a los ciudadanos, calcorrear el país para que todos se sientan integrados – y luego entender que hay un grupo de hombres buenos – y la expresión no es inocente – en Lisboa, Oporto y otras ciudades, destinado a gobernar el país. Estos, que forman parte de la familia y que proporcionan esa seguridad de lo que nos es familiar.
No, un partido no es una familia. Los partidos son organizaciones de poder para la concreción de proyectos políticos. Son organizaciones fundamentales de nuestra democracia, con impacto en la vida de todos nosotros. Tienen que ser profesionales en lo que hacen y no familiares. O tienen que promover el acceso a quien quiere dedicarse a la causa pública, o no pueden ser los actores únicos de la democracia.
Me parece más importante enfrentar la posibilidad del fin de la era del dominio de los grandes partidos, o de los clásicos no tan grandes así, reconocer el cansancio de las personas en su deriva hacia los corporativismos, intereses, corrupción y negocios, constatando que puede ser saludable la aparición de partidos más pequeños y menos intrincados que tal vez pudieran potenciar la renovación de la clase política y llamar a la gente a votar.
Marcelo, que es el más popular de los políticos y un hombre brillante, podía, como nadie, aprovechar para acabar con este lado corporativo, en lugar de agarrarse a él. Si se mira bien a los números del segundo párrafo, afirmaciones y actuaciones como la de la familia son del tipo que contribuye a destruir el sistema que tanto quiere salvar.
Todavía tengo fe.
Marques Mendes también vaticinó la pulverización de la derecha.
Que anda por aquí saben que la derecha portuguesa se rocía largo y necesita aclaración.
Continuar reduciendo todas las discusiones políticas al binomio izquierda / derecha puede dar forma a las cúpulas partidistas, pero no tiene adhesión a la realidad, ni los votantes dividen así sus vidas. Después, es preciso concienciarnos de que hoy no son sólo las cuestiones económicas que determinan nuestro voto. En estas cuestiones, de cualquier manera, el gran centro difiere poco. Además, caben muchos matices en lo que pensamos debe ser el papel del estado y de los privados en la economía. Las cuestiones sociales y los valores, las costumbres, la agenda moral, tienen hoy más visibilidad y asumen mayor importancia – y no son divisorias en blanco y negro. También condicionan, y de qué manera, nuestra situación económica.
Un reciente informe de la CCDR-N (Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte) daba cuenta que el aumento de la oferta de recursos humanos en el norte "se debió únicamente a la mano de obra femenina, que creció el 2,7% en 2017, lo que representa a más de 25 mil mujeres activas que en 2016.
En sentido inverso, la población activa masculina residente en la región disminuyó ligeramente en 2017 y se verificó la "progresiva escolarización" de la mano de obra en el Norte. Si, en 1998, sólo uno de cada 15 activos del Norte había concluido un curso de enseñanza superior, 19 años después, en 2017, cerca del 22,2% de la población poseía habilitación al nivel de la enseñanza superior. Pero esto debe plantear una cuestión importante para partidos que siempre tuvieron la mayor parte del electorado al norte. ¿El cambio de la sociedad se refleja en su actuación política?
En el PSD, grosso modo, hay liberales-sociales, libertarios, socialdemócratas, conservadores y liberales en los valores, confesionales, populistas y reaccionarios. En cuestiones de valores, de todo esto se encuentra en el CDS, que sólo no variará en tendencias económicas.
Hay proyectos políticos concretos, que, al contrario de lo que dice Louçã, no son sólo de protesta, ni tienen como razón personalidades perdidas. Hay los libertarios y los reaccionarios con una agenda; hay los populistas y conservadores; hay derecho a la derecha del CDS, si el CDS no la aprovecha; hay los tal liberales-sociales y los liberales en las costumbres, quizá más cómodos con Río, sólo para hablar de las nuevas tendencias más marcadas.
Entre un liberal-social, como le llama Santana, y un libertario, hay un mundo de diferencia, tal como hay entre un conservador en las costumbres y un liberal, por ejemplo. La llamada agenda moral de la extrema izquierda, no es de izquierda, ni fractura para muchos en el PSD. Hay electorado hoy en el PSD que en cuestiones de valores estará más cerca del CDS – y electorado que estará más cerca del BE. Si pensamos que las corrientes dominantes en los partidos determinan qué políticas y qué diplomas serán ejecutados o votados, concretando proyectos de sociedad que obviamente tienen consecuencias en nuestras vidas, fácilmente percibimos que existen corrientes incompatibles dentro de los actuales partidos y tendencias que cruzan diversos de los partidos actuales.
¿Quién votaría en un partido que la perjudica?
Por último, desde que António Costa derribó "el último resquicio del muro de Berlín", según la expresión del propio, que la discusión se centra en el hecho de que el PS se asume definitivamente como partido-bisagra, con el PSD y los CDS a tener como y en el caso de que se trate de un gobierno con el PS.
Ahora bien, derribar el último resquicio del muro sucederá, no porque el PS puede buscar entendimientos para gobernar con todos los partidos, lo que por lo demás ya ha hecho, sino porque todos los partidos lo pueden hacer entre sí. Significa también que nuevos partidos pueden surgir y acordarse entre sí o con parte de los ya existentes para la formación de gobiernos y la concreción de políticas. Significa más negociación, más inestabilidad probablemente. Pero también más opciones. Y en democracia es importante poder elegir.
jurista