Un país anestesiado
Todavía estamos en el querido mes de agosto. Todavía hay calor. La playa llama por nosotros. Sin embargo, a pesar de ser agosto, de estar calientes y de las playas estar llenas, todavía hay un país para gobernar. Bien sé que, a veces, parece ser un país de cuenta. Somos un país donde los casos graves se suceden y nadie se indigna ni siquiera parece dar la debida atención. Después de quejarse de la calidad de la democracia …
Arido Monchique y varios municipios limítrofes, generándose pérdidas graves de viviendas, así como graves perjuicios económicos y sociales de las Aguas de Monchique al medronhal, hay nuevamente fuertes indicios de nueva sucesión de errores de mando en la Protección Civil, una triste realidad después del año pasado. A continuación el siguiente será un grupo de estudio, para hacer un informe, que ciertamente hará un loable conjunto de recomendaciones, que, para variar, quedarán en el cajón.
Después de una reforma significativa en el poder local, a nivel de las freguesías, asistimos a la voluntad de revertir la reforma y volver a aumentar el número de freguesías. También no pasa nada, por cierto, ni es tema que nos concierne a nosotros ciudadanos, contribuyentes y electores.
El consumo aumenta a niveles pre-troika y los salarios no aumentan. Crisis? ¿Qué crisis? El diablo está escondido en el cajón, probablemente al lado de las cautivas de la CP, del ala pediátrica del Hospital de San Juan y muchas más. No hay crisis, tampoco hay ahorro y la mera percepción de giro de página hace el milagro económico.
¿Hay más trabajadores precarios, sin contrato sin término, en estos últimos tiempos? Debe ser engaño en las estadísticas del mercado de trabajo, no creo que los otrora tan exigentes Bloque de Izquierda y PCP dejen pasar la precarización de los trabajadores en claro. Ahora son rosas señores, rosas.
Hay problemas en la reconstrucción de las viviendas en Pedrógão Grande. Sí, muchas donaciones y muchos portugueses, la solidaridad, dio, se ajustaron. El problema puede haber sido un mero "equívoco" en el llenado de los impresos, donde se cambió la vivienda permanente por la 2ª o 3ª y la dirección fiscal fue mero acompañamiento. A tal casa de primera vivienda, de hace décadas, podía no tener habitantes, pero en espíritu era la primera habitación, de corazón. Pero seguimos tranquilos.
El partido político que forma el Gobierno, según leemos la pasada semana, decide usar el tren para llevar a sus militantes a un mitin, (tanto que podríamos hablar de la vergüenza del estado del ferrocarril en este país), y tiene derecho a ser considerado prioritario sobre los demás trenes que transportan los vulgares pasajeros de la CP. Ciertamente, la prioridad de cumplir el horario de la rentrée del partido político, que gobierna el país desde hace más tiempo desde el 25 de abril, se superpone a las molestias generadas en las vidas de los demás ciudadanos, que, evidentemente, no deben tener horarios a cumplir.
Por el medio, todavía asistimos a vídeos de júbilo del presidente del Eurogrupo Mário Centeno y abrazos de António Costa a Alexis Tsipras, por la salida de Grecia de su programa de ajuste. Fantástico que sea un momento de mandar cohetes, pero esa salida tardó ocho años. Sí, ocho años. Curioso, no recuerdo esta alegría o cualquier hacia afuera Costa Centeno y el Marqués cuando Pedro Passos Coelho, en menos tiempo y sacrificios, que el gobierno de Syriza consulado, y muchos millones menos podían quitar la troika de Portugal. Pero allí está el entumecimiento.
Aún podíamos hablar del peso de los impuestos en nuestra economía, sobre todo en el enorme crecimiento de los impuestos indirectos, según viene en los manuales más regresivos e inicuos que los impuestos directos. Pero son sólo detalles.
Como "detalles" son las noticias del estado del Servicio Nacional de Salud.
Es cansativo. Muy. Un país que está anestesiado y la falta que hace una verdadera alternativa a este Gobierno de dejarla andar. No quiero oposiciones de pura retórica, quiero, eso sí, un país que tenga una alternativa seria, fresca y con ideas. Algunos. Ya no lo pido mucho. Quería incluso los líderes que nos decían que quieren resolver los problemas de la vida de las personas. Pero líderes presentes.
Si es que es pedir demasiado. Dejen allí este sueño de verano. ¿El agua está caliente? Continuemos en la paz del estio.