Un joven muere de cáncer después de retrasar el tratamiento para ser madre
Las imágenes de Brianna Rawlings, de 19 años, sosteniendo al hijo recién nacido, corrían a través de las redes sociales. La joven, que padecía cáncer, abdicó del tratamiento para dar a luz y murió poco después de la muerte del bebé.
La adolescente, de 19 años, natural de Sydney, en Australia, estaba embarazada de sólo 17 semanas cuando fue diagnosticada con una forma rara y agresiva de cáncer en la sangre.
En ese momento, los médicos le dieron la opción de interrumpir el embarazo para comenzar los tratamientos o de hacerlos sólo al final de la gestación.
Incluso consciente de que las oportunidades de supervivencia disminuirían, Brianna decidió aplazar el tratamiento para poder, de esta forma, ser madre.
Cuando los dolores se volvía insoportable y la fiebre no disminuía, la niña se vio obligada a dar a luz, tres meses antes de lo previsto.
El nacimiento del pequeño Kyden no corrió como planeado y el bebé murió al cabo de 12 días después de haber contraído una infección en el estómago. "Estos 12 días que pasé con Kyden, abrazándolo y hablando con él, fueron tan especiales, fueron los mejores 12 días de mi vida", dijo, citada por el diario ABC, a la hora de la muerte del recién nacido.
La salud de la joven continuó deteriorándose hasta que murió a finales del pasado mes de diciembre, siendo que el caso sólo se hizo público ya en enero. "Estoy tan devastada por no haber estado allí para despedirme de mi prima, una inspiración para mucha gente", escribió en Facebook, Jessica Ella, familiar de Brianna