Temperatura mínima en Atenas por encima de 31 grados en la peor ola de calor en 30 años
Grecia está siendo golpeada por la «peor ola de calor» en más de 30 años, advirtió hoy el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, quien pidió a la población que limite el consumo de electricidad.
«Nos enfrentamos a la peor ola de calor desde 1987», que está provocando «una sobrecarga en la red eléctrica», dijo Mitsotakis después de una reunión con funcionarios del operador griego de distribución de electricidad Admie.
Grecia ha estado sufriendo una ola de calor desde el jueves pasado, que se espera que alcance su punto máximo hoy y martes con temperaturas de 45 grados centígrados en algunas regiones, según las previsiones meteorológicas.
El país fue golpeado por una ola de calor similar en julio de 1987, que afectó principalmente a Atenas y mató a más de mil personas debido a la falta de aire acondicionado y la contaminación del aire.
Mitsotakis dijo que las autoridades están «haciendo todo lo posible para lidiar con la situación» e instó a los usuarios de la red eléctrica a limitar el consumo de energía, «especialmente en las primeras horas de la tarde y en la noche».
El servicio meteorológico griego prevé temperaturas de 40º a 42º en las islas y de 41º a 43º en el continente para hoy y martes, con máximas de 44º a 45º en el Peloponeso y Tesalia (norte).
En Atenas, la previsión para hoy es de 43º de máxima y 31º de mínima.
Varios incendios se produjeron en Grecia durante el fin de semana, sin causar víctimas, especialmente en la isla de Rodas y el noroeste del Peloponeso.
Estos incendios estaban ahora «en recesión», pero los bomberos todavía estaban tratando de controlarlos.
«En julio, tuvimos 1.584 incendios en comparación con 953 en 2019», dijo el viceministro de Protección Civil, Nikos Hardalias, a la televisión griega, citado por Agence France-Presse.
Hardalias consideró que «ya no estamos hablando de cambio climático, sino de amenazas climáticas».
«Estamos en una fase de desregulación climática absoluta», agregó.
Los científicos afirman que las olas de calor son un marcador inconfundible del calentamiento global y que serán más frecuentes, más largas e intensas.
