Sólo lea el radio de mi e-mail
No sé bien lo que está pasando, pero tengo la sensación de que estamos entrando en la era de un nuevo tipo de analfabetismo, que parece no poder ser derrotado en las escuelas. Es algo nuevo, que aún intentamos entender, o que tal vez todavía tengamos esperanza de no ser así.
La situación es la siguiente: usted envía un e-mail de tres párrafos a una persona, generalmente con contenido relativo al trabajo. Un minuto (literalmente sesenta segundos) de atención sería más que suficiente para una persona normal entender el mensaje. Pero ya no estamos hablando de personas normales.
¿Qué pasa? La persona no lee. Ella simplemente pesca algunas palabras y te responde sin gran atención, diciendo cosas que no responden bien lo que usted preguntó, no encaminan hacia adelante el asunto central, ni resuelven los temas que necesitan ser resueltos. Se llega a ser increíble, parece que estamos hablando con la pared.
Y ahí entonces el trabajo vuelve de nuevo a nuestras manos: explicar-de preferencia sin insultar a la persona- que no fue eso lo que usted escribió, pidiendo que ella releva el contenido con atención y te responda cuanto antes. Cuando usted se da cuenta, dos días de trabajo ya han caído por el desagüe debido a este nuevo formato del analfabetismo, que afecta a personas con MBA y PhD.
El frenesí de nuestra era hace que las personas estén tan, pero tan impacientes y superficiales hasta el punto de no poder leer dos o tres párrafos con un mínimo de atención. Se hace una especie de "lectura dinámica" – que en verdad es no leer porquería ninguna- en una mezcla de falta de atención, con falta de consideración, con inhabilidad profesional.
Yo llegué a contar. Sólo en esa semana me sucedió 5 veces. Con la gente de Brasil y Portugal. Con personas de 26 y de más de 50 años. En esta ocasión no se puede culpar sólo Millenials. Expresiones como "no fue eso lo que escribí" y "creo que usted no leyó mi mensaje con atención" ya podrían estar directamente en el CTRL + V.
Sé que el mundo no está facilitando a nadie. Mientras nuestro e-mail está en la pantalla, el teléfono suena, el instagram está abierto, la cabeza está pensando en el almuerzo, mensajes de WhatsApp en la parte superior de la pantalla, la impresora escupe los papeles, el jefe cobra el informe. No es fácil mantener la atención, lo sé. Pero son tres párrafos, no es un tratado de filosofía, ¿sabes?
Una vez más me remiten a la frase: lo difícil no es matar a un león por día, lo difícil es desviarse de las antas. Juro, sólo quiero trabajar. No debería ser tan difícil. Por favor: sólo lea el radio de mi e-mail. Sólo eso, nada más. Por la atención, gracias.
