Senado de EEUU aprueba resolución en la que defiende comunicación social y periodistas
El Senado de Estados Unidos aprobó el jueves por unanimidad una resolución en la que afirma que "la comunicación social no es enemiga del pueblo". La resolución, presentada por el demócrata Brian Schatz, elegido por el Estado de Hawai, fue recuperar las declaraciones de los presidentes Thomas Jefferson, James Madison y Ronald Reagan, entre otros, para defender el papel de la prensa libre, que consideró ser "integrante de las fundaciones democráticas de EEUU ".
En el texto de la resolución se consideran los ataques a los medios de comunicación como "ataques a las instituciones democráticas" de EEUU. Se subrayó también que la Primera Enmienda "protege la comunicación social del control y supresión por el gobierno". Ningún senador planteó objeciones al texto de la resolución.
La resolución fue aprobada el día en que cientos de medios norteamericanos realizaron una acción conjunta contra los ataques de Donald Trump, que ya calificó como "enemigos del pueblo" a los periodistas y medios que le hacen críticas. La respuesta consistió en editoriales, donde insistieron en la importancia de la libertad de prensa.
Por iniciativa del diario The Boston Globe, cerca de 350 organizaciones noticiosas participaron en el frente común para desarmar la retórica hostil de Trump, según Marjorie Pritchard, editora adjunta de la página editorial de aquel histórico diario. El Post-Dispatch, de Saint Louis, consideró a los periodistas los "más verdaderos de los patriotas", mientras que el Chicago Sun-Times dijo creer que la mayoría de los estadounidenses sabe que lo que Trump dice es absurdo.
El Boston Globe escribió: "Tenemos hoy en Estados Unidos un Presidente que ha creado un mantra de acuerdo con el cual cualquier medio de comunicación social que no apoye abiertamente la política de la administración actual es 'enemigo del pueblo'. En el caso de las críticas de Trump, el New York Times recordó que la gente tiene el derecho de criticar a los medios. "Pero insistir en el hecho de que las verdades que les desagradan ser" falsas noticias "es peligroso para la democracia", señaló.