Rusia y Ucrania abren la semana electoral con ataques con drones
La semana de elecciones presidenciales en Rusia se abrió en la madrugada de este domingo (10) con un intercambio de ataques entre Moscú y Kiev mediante drones.
Las fuerzas ucranianas dijeron que habían derribado 35 de los 39 modelos iraníes Shahed-136 lanzados por los rusos contra posiciones en varias partes del país. Esta vez, no hubo una andanada de misiles habitual tras la saturación de las defensas aéreas ucranianas, lo que permite que las armas alcancen objetivos más fácilmente.
El Comando Sur de Rusia, que opera en el este y sur de Ucrania, afirmó que Kiev lanzó 49 drones contra Donbass, la región formada por las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Todos fueron derribados, según los militares. Ninguna de las declaraciones paralelas es capaz de una confirmación independiente.
En Kursk, en el sur de Rusia, un dron ucraniano fue derribado y se estrelló contra un depósito de petróleo. Según el gobierno regional, se produjo un incendio que está siendo combatido por los bomberos. También se produjeron cuatro ataques frustrados con aviones robot en la región de Belgorodo, también cercana a la frontera con Ucrania.
El uso de drones de ataque de tipo kamikaze es asimétrico en la guerra en Ucrania, que cumplió dos años el 24 de febrero. Los rusos los utilizan tácticamente, para atraer fuego antiaéreo: son más lentos y más fáciles de derribar.
Los ucranianos utilizan modelos más rápidos de larga distancia, con el objetivo de alcanzar objetivos de valor militar en zonas ocupadas por Moscú o de importancia simbólica dentro de Rusia.
Las acciones se desarrollan en la semana en que los rusos acuden a las urnas, a partir del día 15 de forma virtual y escalonada, siendo el próximo domingo (17) la votación propiamente dicha. No hay duda de que el presidente Vladimir Putin, en el poder desde finales de 1999, ganará, pero el Kremlin busca una participación significativa para subrayar su legitimidad.
Por tanto, existen expectativas de ambas partes en materia de seguridad. Kiev teme acciones más espectaculares por parte de los rusos, que el mes pasado tuvieron una acción importante en Donetsk y sus alrededores. En las últimas dos semanas, sin embargo, sus avances se han ralentizado, enfrentando líneas defensivas ucranianas y dificultades del terreno.
Lo mismo ocurre con el lado opuesto. Ucrania, que fracasó en su contraofensiva el año pasado, viene apostando por ataques de alto impacto, como el hundimiento de barcos de la flota rusa del Mar Negro.
Hay preocupaciones sobre la seguridad. Según la embajada de Estados Unidos en Moscú, existe riesgo de ataques terroristas en la capital rusa esta semana.
Una rápida observación en el trayecto entre el aeropuerto de Domodedovo y la estación de tren de Paveletski, ambas en el sur de Moscú, sugirió normalidad el sábado por la noche (9). Es decir, había evidente vigilancia policial, pero nada fuera de lo común en la capital.
Los partidarios de Alexei Navalni, el activista que murió el mes pasado en su prisión en el Ártico, convocaron una protesta silenciosa al mediodía en los colegios electorales, sugiriendo que todos sus seguidores deberían votar a esa hora, lo que generó colas. La policía advirtió contra manifestaciones no autorizadas.