Revisión de la temporada 4 de Succession: la tragedia moderna de Shakespeare está a la altura de las expectativas con un último hurra
Con cada episodio profundizando en la disfuncional familia Roy, la cuarta y última temporada de «Succession» demuestra lo que seguramente ya sabíamos: este es uno de los mejores programas de televisión actualmente. La escritura es nítida, las actuaciones son impresionantes y la dirección es impresionante. Todo es efectivo y preciso, ningún aspecto está desfasado. Y si crees que sabes a dónde va, recuerda que los escritores siempre van 10 pasos por delante. Solo los primeros cuatro episodios de la temporada final se pusieron a disposición de los críticos y entre ellos se encuentra uno de los mejores episodios que haya producido este programa. Por trágico que sea despedirse de «Succession», la temporada da la impresión de que estaba destinada a terminar aquí, así. Y para nuestros problemas, no se tiran golpes, no hay territorio inexplorado, no se desperdicia ni un solo respiro. Si este espectáculo va a salir, es con una explosión inolvidable.
Cuando comienza la temporada, Kendall, Shiv y Roman son una fuerza más unida que nunca… lo que quiere decir que, aunque están uniendo sus cabezas, haciendo planes para el futuro y tratando de salir de debajo la sombra de su papá, todavía están tomando otras llamadas. Están haciendo planes de respaldo, asegurando botes salvavidas y considerando qué podrían hacer si todo se desmorona. Son los hijos de su padre: llenos de cicatrices, poco confiables y profundamente egoístas. Hablando de Logan (Brian Cox), también están bajo la ilusión de que ya han escapado de su alcance. Al poner en práctica su plan en primer lugar, han roto los lazos y han perdido toda esperanza de ser elegidos como su sucesor, pero aun así, cada maniobra que hacen es con él en mente. Cada oportunidad para joderlo se aprovecha sin pensarlo dos veces.
Sin el conocimiento del trío, están muy lejos de ser libres. Así va el ciclo de abuso. Sean lo que sean, nunca dejan de ser sus hijos. Logan Roy puede ser un titán en el panorama de los medios y una bestia en cada sala de juntas, pero ante todo es el padre abrasivo que sus hijos resienten, se encogen ante y buscan desesperadamente la aprobación. Él es ineludible.