Cinco alumnos y dos funcionarias de la escuela Raúl Brasil, en Suzano, en la zona de São Paulo, murieron el miércoles a manos de dos antiguos alumnos. Guillermo Monteiro y Luiz Castro entraron armados en la escuela y dispararon contra todo lo que movía. Se suicidaron, después, en lo que habría sido un pacto de muerte. El rastro de sangre se quedará para siempre clavado en la memoria de los familiares de las ocho víctimas mortales, donde se cuenta con el funcionario de un stand de automóviles, que sera tío de uno de los homicidas.