¿Quemar dinero se ha vuelto viral?









«Lo que es demasiado, te enferma»
Proverbio portugués

Para ir al grano: ¡propaga la pandemia de las pasarelas!

En las playas, desde Alvor hasta Viana, pasando por Foz do Arelhos, Gaia, etc., etc. – son viejos y de sentido común: en las arenas, las estructuras rígidas y pesadas no son recomendables, y el pisoteo salvaje de las dunas es una seria amenaza para este hábitat.

Tierra adentro, es algo reciente, pero de Paiva a Sistelo, de Alamal a Fiães, de Carvoeiro a Penedo Furado, se pusieron de moda y ahora están llegando a las colinas de esquisto del Centro: Açor, Lousã, Muradal …

Entiendo completamente la importancia de aprovechar nuestros hermosos paisajes, pero ¿cuál es el punto de llenar el paisaje con escaleras de madera y venderlo no como un medio sino como un fin en sí mismo, de la naturaleza o la calidad de vida?

Es cierto que el uso de la madera en la construcción es muy antiguo y todavía es común hoy en día en algunos países. Pero «si los antiguos no fueran estúpidos» (como dijo uno popular sobre las plantaciones de corcho en Pinhal de Leiria), ¿cuáles serán los problemas de la madera al aire libre en un país con nuestras condiciones bioclimáticas?





Hay mucha literatura sobre esto: decoloración rápida, suciedad, reacciones químicas (oxidación, UV), reacciones biológicas (hongos, insectos), agua que deteriora la lignina, etc., etc. Que hay soluciones, hay, pero la protección en sí tiene un gran impacto económico (los recubrimientos también se degradan rápidamente, el mantenimiento para la limpieza, el deshierbe, el reemplazo de las tablas, etc., es imprescindible), lo que se suma a los cientos de euros que cada uno El metro de estas estructuras nos cuesta.

Peor aún, estas pequeñas fortunas a menudo nacen en senderos preexistentes. Estos senderos, resistentes, insertados en el paisaje, a menudo más accesibles que las escaleras sin fin, y con historia, cultura, valor etnográfico. En el caso de las lutitas centrales, se han levantado muchas voces para la preservación de este patrimonio, que se extiende a terrazas, molinos, levadas, charcos, presas, minas, etc.

Además, este patrimonio etnográfico, si se cuida, todavía tiene el potencial de proteger contra incendios.

En cambio, se extienden a través de paisajes quemados con frecuencia, algunas delicias para que el fuego devore (los de Paiva ya están esperando el tercero de estos incidentes). Y no se trata solo de las pasarelas, es una gran variedad de golosinas, desde observatorios de aves en crestas (ridiculizadas en todo lo que es el foro de especialidad) hasta plantaciones para fotografía (y su posterior olvido y abandono).

He sido muy crítico con la canalización de fondos para el desarrollo de grandes ciudades, y luego con el resto del país en llamas. Pero desde el «país de las rotondas» hasta el país de las pasarelas, con campos de fútbol abandonados y mercados de pulgas medievales en el medio, sin criterios (en lo que es realmente útil para una mayor biodiversidad, protección contra incendios, cultura o turismo, calidad de vida), será solo dinero para encender el fuego …

Manuel Rivas

Fernando Rivas. Compagino mis estudios superiores en ingeniería informática con colaboraciones en distintos medios digitales. Me encanta la el periodismo de investigación y disfruto elaborando contenidos de actualidad enfocados en mantener la atención del lector. Colabora con Noticias RTV de manera regular desde hace varios meses. Profesional incansable encargado de cubrir la actualidad social y de noticias del mundo. Si quieres seguirme este es mi... Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/manuel.rivasgonzalez.14 Email de contacto: fernando.rivas@noticiasrtv.com

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