Polio: la vacunación es un acto de amor y responsabilidad
Recientemente conocí la historia de Paulo Ferronato. Cuarto hijo de una pareja del campo de Santa Catarina, era un niño sano hasta que, a los 2 años, en 1966, fue golpeado por polio. Basado en una sola foto que tiene de pie, tomada antes de la enfermedad, Paulo nos llevó a un emocionante viaje de Resiliencia.
De un niño postrado en cama que solo podía parpadear, nos dijo cómo, mismo con tantas limitaciones impuestas por la enfermedad y el contexto en el que vivía, sus padres lucharon por su desarrollo y inclusión en un momento marcado por mucha desinformación y prejuicios.
Acabamos de pasar el Día Mundial de la Lucha contra la Poliomielitis (24 de octubre), una enfermedad muy grave y contagiosa que ya era considerada una de las principales causas de discapacidad permanente a nivel mundial hasta el descubrimiento de vacuna a mediados del siglo XX.
Fue gracias al éxito de los programas de vacunación contra la poliomielitis que, a diferencia de los padres de Paulo, las nuevas generaciones pudieron vivir sin que sus hijos sufrieran las consecuencias de esta enfermedad.
Pero es importante recordar que, incluso actualmente controlada en Brasil, la poliomielitis no está erradicada y todavía circula en al menos dos países, Afganistán y Pakistán. Mientras exista un caso de la enfermedad en el planeta, los niños de todo el mundo están en riesgo.
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En este contexto, es alarmante que, desde 2015, hayamos sido testigos de una preocupante caída en las tasas de cobertura de vacunación para esta y otras enfermedades infecciosas infantiles. Si la situación ya estaba llamando la atención incluso antes de la Pandemia de COVID-19, actualmente las tasas de vacunación alcanzan los niveles de la década de 1980, lo que aumenta el riesgo de reaparición de enfermedades como la poliomielitis.
Hoy, tras superar innumerables desafíos, Paulo es un activista por los derechos de las personas con discapacidad y difunde emocionalmente el mensaje sobre el papel fundamental de inmunización a todas las edades. El acceso a las vacunas ha avanzado mucho, sobre todo gracias a la creación del Programa Nacional de Inmunizaciones en 1975. Y las historias de superación de la polio son importantes y nos dan esperanza.
Saber que podemos prevenir una enfermedad como esta a través de un acto de amor, que es la vacunación, me asegura que no podemos permitir que Brasilallí experimentar un revés en esta área tan importante de la salud pública. Por eso, tenemos que reforzar todos los días del año la importancia de Vacúnese hoy para evitar el brote de mañana. Después de todo, además de un acto de amor, la inmunización también es un acto de responsabilidad.
* Ana García-Cebrian es directora general de Sanofi Pasteur en Brasil