"Notre-Dame" nunca volverá a ser la misma pero renacerá "
José Antonio Falcão es historiador de arte, conservador de museos y vicepresidente de Europa y Thesauri, asociación internacional de museos y tesoros de Europa, de los que forma parte el Tesoro de Notre-Dame de París. Habló al JN sobre el incendio que destruyó dos tercios del techo del templo.
¿Es correcto decir que se han destruido nueve siglos de historia?
Sin duda. La pérdida es, en cierto modo, irreparable, pues se estima que alcance alrededor del 68% del conjunto de la catedral. Sin embargo, hay algunos aspectos importantes que deben tenerse en cuenta:
1) Gran parte de la fisonomía del monumento, tal como lo conocemos hasta ayer, era ya el resultado de una profunda reconstrucción operada, entre 1844 y 1864, bajo la dirección de dos notables arquitectos, Jean-Baptiste Lassus et Eugène Viollet-le-Duc , que contribuyó de modo decisivo al triunfo del Neogótico, como estilo artístico. Notre-Dame conserva diversos sectores de la estructura gótica original (siglos XII-XIV), pero releva más aún del siglo XIX. Esto en nada apunta su valor, al contrario, lo enaltece, como síntesis de dos grandes tiempos del arte francés, el Gótico y el Neogótico, que lo reinventa y lleva hasta el límite.
2) Fue posible salvar, gracias a la competencia y, en ciertos momentos, al heroísmo de los Bomberos de la Ciudad de París y de algunos profesionales del patrimonio, parte considerable del acervo (= botín) móvil, en particular de su Tesoro, el museo de la catedral , situado en una zona menos afectada.
Estamos hablando de miles de obras de arte, que se recogerán temporalmente en el Museo del Louvre y en otros lugares donde se les puede proporcionar los cuidados de conservación y restauración necesarios.
¿Qué había de más importante, en términos de arte, en Notre-Dame?
La catedral podía ser considerada una verdadera Gesamtkunstwerk, es decir, una "obra de arte total". Se trata de una referencia mayor de la arquitectura del Gótico y del Neogótico, como vimos, pero que absorbió también, en diferentes escalas, las contribuciones de otros períodos, entre ellos el Renacimiento, el Maneirismo, el Barroco y el Neoclasicismo.
El edificio poseía un extraordinario patrimonio integrado, con realce para los vitrales, las pinturas murales, los retablos y otras alfombras litúrgicas, además de colecciones de obras móviles, en particular pintura, escultura y artes decorativas, sobre todo orfebrería y textiles, muy relevantes. Aparentemente, logró salvarse lo esencial de estas colecciones de importancia nacional e internacional, pero las pérdidas ocurridas en la nave central y en las naves laterales y en la cabecera, además de otros sectores de reserva, son incalculables. Notre-Dame nunca volverá a ser la misma, pero renacerá.
Es muy de lamentar, en particular, la pérdida de la estructura de madera de las cubiertas, una obra de arte maravillosa, un auténtico océano de asnas y otras piezas; la desaparición de gran parte de los vitrales, que sucumbieron a las altas temperaturas; pero se saluda el hecho de haber sido posible salvar dos obras de arte preciosas, la Corona de Espinas y la Túnica de San Luis, que forman parte de los "regalia" (atributos reales) de la Casa de Francia.
De todos los estilos que podían encontrarse en la catedral, ¿cuál era el más importante?
Los historiadores de arte se dividen a este respecto. Durante mucho tiempo, se dijo que el Neogótico superó, en Notre-Dame, el Gótico, tal su pujanza, gracias en gran medida al genio de Viollet-le-Duc.
Sin embargo, un gran conocedor del arte medieval europeo, Alain Erlande-Brandenburg, llamó la atención sobre el remanente de la obra gótica original, a veces un poco secundarizada, por exagerar un poco la reconstrucción llevada a cabo en el siglo XIX y que colocó el arte medieval en los pilares.
Yo, por mi parte, soy particularmente sensible a la vertiente neogótica de la catedral parisina, que marcó no sólo la irradiación de este estilo tan enriquecedor, sino también el imaginario de muchas generaciones acerca de la propia Edad Media. En cierta medida, todos somos hijos de Notre-Dame.
¿Qué obras se estaban haciendo?
Hace mucho que Notre-Dame reclamaba una intervención meticulosa de conservación y restauración, el edificio estaba sufriendo bastante con el retraso en los trabajos, debido a la crisis. Hubo polémica en Francia, siendo el Estado acusado de invertir poco en el monumento, que es su propiedad. Finalmente, se puso en ejecución un plan de obras, bajo la orientación de los arquitectos del Monumentos Históricos, con varias fases. Las obras que estaban en curso consistían en la recuperación de las coberturas, un sector muy sensible: llovía dentro de la catedral y la multiplicación de palomas creaba muchas dificultades en el funcionamiento del sistema de aguas pluviales, esencial para buena salud de la vasta mole arquitectónica.
Generalmente, qué tipo de cuidados deben ser tenidos en la restauración de espacios como Notre-Dame?
La gran apuesta consiste en el mantenimiento periódico, que, en un edificio con la escala de Notre-Dame, es una tarea compleja. Debido a la escasez de medios, hace años que ésta no se hacía con la periodicidad deseable, pero todo parecía bien encaminado.
Una paradoja: todo indica que habrá sido un accidente ocurrido durante los tan esperados trabajos de restauración que originó el incendio.
¿Es posible reconstruir Notre Dame?
Es y estoy seguro de que Francia, un país que ha dado pruebas de saber siempre levantarse de sus propias cenizas, no dejará de llevar a cabo una reconstrucción ejemplar, que haga justicia a la historia de un monumento que se confunde con la propia nación francés.
Se trata de una operación muy compleja y costosa, pero Francia posee una amplia experiencia en el sector de la conservación y restauración de edificios y obras de arte y tiene a su servicio a los profesionales más calificados a tal efecto. Además, la disponibilidad manifestada por la UNESCO para colaborar de manera muy activa en el proceso es un excelente pronóstico.
Creo que se tratará de una intervención en torno a una década, en el mejor de los casos, pues son necesarios levantamientos y estudios muy detallados, que no se improvisan.
Hay un aspecto que juega a favor de una reconstrucción muy bien fundamentada desde el punto de vista científico y técnico: Notre-Dame es uno de los monumentos más documentados del mundo, sobre todo a partir de mediados del siglo XIX; se conservan, en gran medida, las tablas (dibujos) originales de los proyectos de Lassus y Viollet-le-Duc, así como los cálculos de sucesivas generaciones de ingenieros, miles de fotografías y una inmensidad de otros documentos de archivo.
Lo sucedido en Notre-Dame es también una alerta, una llamada de conciencia a los peligros que acechan el patrimonio religioso, muy vulnerable no sólo a las catástrofes, como ésta, sino también al abandono, al vandalismo, al robo ya intervenciones poco cualificadas. Ojalá este desastre, que se vuelve casi una metáfora de la Europa actual, sirva para acentuar nuestra conciencia colectiva en relación a la salvaguarda del arte sacro.