Muere Molano, el mayor experto en guerrilla de Colombia
Alfredo Molano Bravo, asesinado el jueves (31), a los 75 años, como resultado de un cáncer de garganta, fue el más conocedor de la formación de guerrilleros colombianos. Y aprendiste sobre ellos caminando por tu país. Un verdadero reportero-historiador que recorrió caminos peligrosos, desiertos y selvas en busca de las cosas que quería informar. Y ese es hoy su legado en sus más de 20 libros, como “Los años del tropel: informes de La Violencia” (1985), “Trochas y fusiles” (1994), “Ahí le Dejo Esos Fierros” (2009) y “De Río en Río” (2017), su obra más reciente.
Su objeto de estudio fue el campamento colombiano de la segunda mitad del siglo XX, una escena de violencia y enfrentamientos que comenzó hace algún tiempo. Pero al mismo tiempo que buscaba los orígenes del problema: distribución desigual de la tierra, falta de educación formal de la población, soluciones puntuales y alternativas. Sus investigaciones incluyeron comprender las culturas locales y sus símbolos, su relación entre sí, el impacto de las políticas de los diferentes gobiernos y desentrañar las razones de la violencia y el desarrollo de una cultura de violencia.
Sus escritos sobre las principales guerrillas del país, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) son una referencia no solo a los historiadores, sino también a aquellos que trabajaron en la negociación del acuerdo de paz, aprobado en 2016, y tratando de implementarlo hoy. Su trabajo en la guerrilla se realizó en el campo, entrevistando a combatientes y describiendo magistralmente el paisaje geográfico en el que se formó el grupo. Aunque es un tema tan doloroso, sus páginas tienen poesía y esperanza.
Nacido en Bogotá, era amigo del sacerdote y guerrillero Camilo Torres (1929-1966), miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y militante de la Teología de la Liberación, a quien conoció en la década de 1960 en la Universidad Nacional. Sus escritos pronto le causaron problemas, siendo forzado al exilio por ser perseguido por los paramilitares. Durante cinco años vivió entre España y los Estados Unidos, pero no dejó de escribir. Desde 2003, había regresado a Colombia y recibió varios premios por su trabajo, como Simón Bolívar. Durante muchos años escribió columnas para el periódico El Espectador.
En los últimos tiempos, trabajó en la Comisión de la Verdad establecida por el gobierno para aclarar las muertes y reparar a las víctimas de más de cinco décadas de guerra.