Moro dice que asumió un "riesgo" personal al aceptar la cartera de Justicia
El futuro ministro de Justicia brasileño, Sérgio Moro, reconoció que asumió un "riesgo" personal al aceptar el cargo propuesto por el presidente electo, Jair Bolsonaro, asegurando que el próximo jefe de Estado no es de extrema derecha.
En una entrevista a Efe, durante una breve visita a Madrid, Moro aseguró que no quería pasar toda su vida como el hombre condenó a la cárcel al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva y recordó que la sentencia fue confirmada y aumentada por el tribunal de característica.
Moro, que ya había rechazado en público la posibilidad de participar en el mundo de la política, dijo que aceptó la propuesta de Bolsonaro para "implementar" una agenda de combate a la corrupción, crimen organizado y violencia.
El futuro responsable de la cartera de Justicia dijo que se ve "en una función predominantemente técnica, y no para hacer política partidista".
El ex juez federal, que tuvo que renunciar a su carrera de magistrado para acceder a la invitación para integrar al futuro ejecutivo del ex capitán del ejército, afirmó no ver a Bolsonaro como un político de la extrema derecha, asegurando que muchas de las críticas que le se hicieron "declaraciones pasadas retiradas del contexto".
"Presidente [eleito] "es un demócrata sólido", declaró Moro, a propósito de críticas a Bolsonaro y de las preocupaciones que generó dentro y fuera de Brasil, afirmando: "Nunca entraría en un Gobierno que adoptar políticas de discriminación".
Moro rechazó las críticas de populismo contra Jair Bolsonaro, con el argumento de que el eje de la campaña electoral de este último para las elecciones de octubre pasado, en particular la lucha contra la corrupción y el crimen, "no es populismo", sino algo que la sociedad brasileña exige.
El ex juez explicó que la elección de Bolsonaro fue en parte una "consecuencia" del hecho de que los partidos políticos tradicionales no atendían la "frustración" de la población ante casos de corrupción de "proporciones gigantescas", como Petrobras, con sobornos millonarios .
Sergio Moro, de 46 años, rechaza verse a sí mismo como un símbolo o que pueda ser utilizado políticamente por el Presidente electo: "Se me ha dado la oportunidad de implementar una agenda anticorrupción", afirmó Moro, limitándose a explicar la " posición que comenzará a ejercer a principios de 2019.
Sin embargo, admitió que asume un "riesgo" personal al aceptar la pasta, pero lo acepta como algo normal, considerando que "todas las decisiones diarias involucra riesgos personales" de algún tipo.
El futuro titular de la justicia reconoce que tendrá que trabajar en profundidad con el nuevo Congreso, muy fragmentado como los anteriores, para lograr implementar sus proyectos legislativos.
A pesar de esa fragmentación, el hecho de que haya un nuevo Congreso y un nuevo Presidente hace que Moro confía que habrá "una mayor facilidad" en aprobar los proyectos legislativos que le conciernen.
Dos problemas que enfrentará son la falta de recursos de las autoridades y policías de los estados brasileños, en la lucha contra el tráfico de drogas, así como el hacinamiento de las cárceles, debido también a las promesas electorales de Bolsonaro que hacen prever más condenas.
Moro subrayó además la necesidad de combatir la violencia en un país que registra 60.000 homicidios al año, un valor considerado "escandaloso", con apenas el 10% de los casos son resueltos.
En general, el próximo ministro de Justicia se encuentra optimista sobre la posibilidad de luchar contra la corrupción en Brasil, ya que cree que ésta se concentra en casos de alta visibilidad, a pesar de muy arraigados.
El Gobierno de Bolsonaro inicia funciones el próximo 1 de enero.