Media cucharada de aceite de oliva al día para vivir más
Las personas que consumen más de siete gramos de aceite de oliva (o media cucharada) al día estaría mejor protegido contra la muerte prematura por todas las causas y también por motivos específicos, como las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades neurodegenerativas y el cáncer.
Esta es la conclusión de un estudio publicado en Revista del Colegio Americano de Cardiología. En él, investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Estados Unidos, analizaron datos de 60 582 mujeres y 31 801 hombres recogidos durante 28 años.
Los participantes no tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular o cáncer al inicio del seguimiento y, cada cuatro años, completaron cuestionarios sobre su estado de salud. Con el tiempo, 36.856 personas murieron.
Se concluyó que, en comparación con aquellos que rara vez o nunca recurrieron al aceite de oliva, los mayores consumidores del condimento (con ingesta superior a 7 gramos por día) tenían:
- 19% menos de riesgo de mortalidad general o enfermedad cardiovascular;
- 17% menos de riesgo de muerte por cáncer;
- 29% menor riesgo de mortalidad por enfermedades neurodegenerativas;
- 18% menos de riesgo de morir por causas respiratorias
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Los voluntarios aficionados al aceite de oliva utilizaron el aceite para condimentar ensaladas y platos preparados, hornear o freír alimentos, así como añadirlo a alimentos como el pan.
Un estudio anterior, también de larga duración, ya había relacionado el consumo de 4 cucharadas de este alimento (o 40 gramos por día) a una buena salud cardiovascular. Otros trabajos aún reconocen los efectos de los alimentos en el control del colesterol, la glucosa, la presión arterial, el peso e incluso contra el deterioro cognitivo.
En la encuesta de Harvard, los investigadores señalan que la preferencia por el aceite de oliva se relacionó con una menor probabilidad de muerte en comparación con el uso de elementos como la margarina, la mantequilla y la mayonesa.
Sin embargo, de nada sirve incluir en la dieta el ingrediente de las aceitunas y atiborrarse de productos que promuevan el efecto contrario.
Es importante recordar que los elementos de origen animal, como la mantequilla, son fuentes de grasa saturada, cuyo exceso está relacionado con un aumento del riesgo cardiovascular y otros peligros para la salud.
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“Nuestros hallazgos confirman las recomendaciones dietéticas actuales para sustituir grasas animales por aceites vegetales para la prevención de enfermedades crónicas y muerte prematura”, dijo Marta Guasch-Ferré, investigadora principal del Departamento de Nutrición de la Harvard Chan School.
Por otro lado, los aceites vegetales son, en general, baluartes de Grasas no saturadas, llamadas “grasas buenas”. En este grupo tenemos dos tipos: poliinsaturados (que se encuentran en los aceites de maíz, soja, girasol y canola) y monoinsaturados (representados por el bendito aceite de oliva).
Pero, por supuesto, el consumo de ambos debe ser moderado, ya que el abuso también conduce al aumento de peso. En el caso del aceite de oliva, puede llegar a dos cucharadas.
Por qué el aceite de oliva virgen extra es superior
Esta versión procede de la primera prensa de aceitunas y, por tanto, concentra más sustancias beneficiosas, como los ansiados antioxidantes.
Aunque está bien llevarlo al fuego, algunos de estos célebres componentes, como los polifenoles, acaban perdiéndose a altas temperaturas. Por tanto, lo más beneficioso es utilizarlo al final de las preparaciones.
Por cierto, para evitar la degradación más acelerada de los polifenoles, guarda tu botella de aceite de oliva protegida de la luz.