Más allá de la piel: la exposición prolongada al sol supone riesgos para el cerebro
La llegada del verano y la olas de calor extremas merecen atención, y no sólo por el riesgo de cáncer de piel, quemaduras, insolación y deshidratación. La exposición solar prolongada y sin protección puede incluso afectar al cerebro y provocar graves daños neurológicos.
Síntomas tempranos y preocupantes
Los síntomas más habituales de que el cerebro está sufriendo por el exceso de calor y radiación solar son mareos, fatiga, náuseas y dolor de cabeza, que pueden progresar a un aumento de la temperatura corporal. Las señales de advertencia más graves son la confusión mental y la desorientación, que pueden manifestarse como cambios de humor extremos.
Daño a la coordinación y la productividad.
Un efecto importante, destacado en el estudio La exposición directa de la cabeza a la radiación solar afecta el rendimiento cognitivo motor, muestra que esta exposición prolongada provoca un aumento de 1°C en la temperatura del sistema nervioso central. Esto provoca pérdidas que incluyen malestar, pérdida de coordinación y disminución de la capacidad de trabajo físico.
En caso de alta incidencia, los rayos solares también pueden causar daños neurológicos a largo plazo, comprometiendo la memoria, los movimientos oculares, la integración de la información auditiva y el comportamiento emocional.
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Mayor riesgo de accidente cerebrovascular
Según la investigación “El clima cálido asociado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular en personas mayores”, publicado por la Sociedad Europea de Cardiología, el clima cálido y el exceso de sol en la región de la cabeza, especialmente en los ancianos, están asociados con accidentes cerebrovasculares (ACV).
El trabajo incluyó a participantes de 65 años o más que fueron transportados a hospitales de emergencia entre 2012 y 2019 con un accidente cerebrovascular iniciado en los meses posteriores a la temporada de lluvias y demostró que por cada aumento de 1°C en la temperatura, había un 35% más de riesgo de visitas al hospital. .
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Prevención
Para evitar estos problemas conviene evitar el contacto excesivo con los rayos del sol, sobre todo si no se cuenta con la protección necesaria. Beber mucha agua también es esencial, ya que la deshidratación es un factor de riesgo indirecto de presión arterial baja y accidente cerebrovascular.
Si siente alguna molestia o cambio neurológico, debe buscar atención médica de emergencia.
La investigación sobre los efectos de la exposición al sol a lo largo de los años es aún reciente, pero, dados los cambios climáticos que hemos experimentado, es necesario incluir en futuras evaluaciones científicas el efecto del calentamiento radiativo de la luz solar en la cabeza y el cuello.
*Feres Chaddad es Profesor y Jefe de la Disciplina de Neurocirugía de la UNIFESP, Jefe de Neurocirugía de BP – A Beneficência Portuguesa de São Paulo – y uno de los mayores especialistas en neurocirugía del país.