Manifestantes ponen fin a una rara protesta en Cuba después de que las autoridades accedieran a dialogar
Una rara protesta pública en Cuba, con más de 300 artistas y activistas fuera del Ministerio de Cultura, terminó el sábado (28) después de que los manifestantes dijeron que las autoridades accedieron a hablar.
Treinta de los participantes en el acto, entre ellos la artista Tania Bruguera y el director de cine Fernando Pérez, se reunieron durante más de cuatro horas con el viceministro Fernando Rojas y dijeron que había un acuerdo para iniciar una serie de reuniones para resolver diferencias.
Según el grupo, Rojas también se comprometió a revisar los casos de un rapero condenado a ocho meses de prisión por cargos de desobediencia y un artista detenido desde el jueves (26).
La dictadura comunista de la isla había llamado a ambos acusados mercenarios controlados por Estados Unidos, una clasificación que a menudo se da a los disidentes, y los manifestantes fuera del ministerio no estaban convencidos de que se respetarían las garantías dadas.
Aun así, el encuentro fue considerado un logro histórico, por obligar al régimen a dialogar con quienes piensan diferente y, para algunos, por representar una ruptura en el miedo a expresar públicamente su descontento.
«Es una llama especial que se ha encendido hoy», dijo el activista y promotor musical Michael Matos, quien asistió al encuentro con Rojas. «Hablamos de libertad de expresión y asociación, censura y represión física. No creo que haya habido un diálogo así en un ministerio en 60 años».
La dictadura no emitió un comunicado y no respondió a las solicitudes de comentarios sobre la reunión.
Las manifestaciones acogieron a ciudadanos que evitaban hablar públicamente de política, pero que se sintieron obligados a participar luego de la circulación de imágenes de las protestas en las redes sociales, revelando cuánto la expansión de internet en la isla dificulta que el gobierno contenga a los disidentes.
Mientras sus representantes se reunían con autoridades dentro del ministerio, los activistas cantaban y aplaudían cada diez minutos para expresar su solidaridad. «Sin la presión que pusiste, sin los aplausos que hablábamos, sin los gritos, no hubiéramos llegado a estos acuerdos», dijo Bruguera.
La policía y miembros de las fuerzas de seguridad rodearon la zona. Aunque se lanzó una bomba de gas para evitar que los activistas llegaran al ministerio, no hubo más intervenciones.
La protesta fue provocada por la represión de las autoridades al Movimiento San Isidro, por parte de artistas y activistas disidentes, formados hace dos años para protestar, a menudo a través de actuaciones irreverentes, contra las restricciones a la libertad de expresión.
La situación llegó a su límite después de que las autoridades asediaran la sede del movimiento. Luego, el jueves, los artistas hicieron una huelga de hambre para llamar la atención de la comunidad internacional.
Los agentes de policía retiraron por la fuerza y detuvieron brevemente a las cinco personas en huelga de hambre y a otras nueve que se encontraban en la casa, alegando violaciones a los protocolos contra la propagación del coronavirus.
Los detenidos dijeron que sus teléfonos celulares fueron confiscados para que no pudieran transmitir ningún registro de la acción policial. Algunos cubanos dijeron que las redes sociales en el país, donde el estado tiene el monopolio de las telecomunicaciones, fueron volcadas brevemente para evitar compartir noticias sobre la operación.