Lula se reúne con dictador egipcio para discutir la guerra en Gaza
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) se reúne este jueves por la mañana (15) con el dictador egipcio Abdel Fattah al-Sisi, en la ciudad de El Cairo, para discutir la guerra en la Franja de Gaza y la liberación de los brasileños que aún se encuentran en la región.
La conversación ha cobrado nueva importancia en los últimos días, con el anuncio de Israel de que pretende ampliar sus operaciones militares en la ciudad de Rafah, que es la única salida de la Franja de Gaza. La ciudad es hogar de civiles, incluidos mujeres y niños, que huyeron del conflicto en otras regiones palestinas.
Lula realiza un viaje de tres días por el continente africano, donde también pasará por Etiopía. El brasileño fue recibido por Al Sisi alrededor de las 11 horas (6 horas, en Brasil), en una gran ceremonia oficial en el palacio presidencial de Egipto.
Posteriormente, ambos mantuvieron una reunión bilateral a puerta cerrada, en la que el conflicto de Gaza es uno de los principales temas de la agenda. Según los interlocutores, Lula inicialmente agradecería al dictador egipcio su ayuda en la evacuación de los brasileños que se encontraban en la zona de conflicto.
Además, solicitaría apoyo para sacar a los brasileños que aún se encuentran en la región. Según la oficina de Brasil en Ramallah, actualmente hay 10 ciudadanos con doble nacionalidad y otros nueve familiares o personas en proceso de inmigración.
La nueva escalada de las ofensivas israelíes ha hecho saltar la alarma por el posible impacto sobre los civiles, en particular mujeres y niños.
El Ministerio de Asuntos Exteriores publicó una nota el martes (13) en la que afirmaba que habría «graves consecuencias» si Israel seguía adelante con su plan de ampliar las operaciones militares en la región de Rafah.
«El gobierno brasileño recibe con gran preocupación el reciente anuncio, por parte de las autoridades israelíes, de la preparación de una nueva operación militar terrestre en Gaza, esta vez en el sur, en la región de Rafah, en la frontera con Egipto», afirma el texto .
«Una operación de este tipo, si se lleva a cabo, tendrá graves consecuencias, además de nuevas víctimas civiles, un nuevo movimiento de desplazamiento forzado de cientos de miles de palestinos, como viene ocurriendo desde el inicio del conflicto», añade.
Lula y Al Sisi todavía van a firmar algunos acuerdos de cooperación en los ámbitos del comercio, la agricultura y la ciencia y la tecnología. También deberían anunciar el lanzamiento de un vuelo directo desde El Cairo a São Paulo.
Tras el encuentro con el dictador egipcio, Lula cumplirá agenda en la sede de la Liga Árabe, también en El Cairo, donde se reunirá con el secretario general de la organización, Ahmed Gheit. También deberá intervenir en un pleno extraordinario, con un discurso en defensa del alto el fuego, condenando a las víctimas civiles del conflicto, especialmente mujeres y niños, y defendiendo un Estado palestino económicamente viable.
Además de la ofensiva israelí, la llegada de Lula a El Cairo coincide también con las negociaciones en busca de un alto el fuego que se desarrollan en la misma ciudad. En el proceso participan Egipto, Israel, el grupo terrorista Hamás, Qatar y Estados Unidos.
Incluso con la presencia de Lula en la región, Brasil no debería participar en los esfuerzos por resolver el conflicto en Medio Oriente. Sin embargo, los expertos valoran que los discursos de Lula, tanto junto a Al Sisi como en la Liga Árabe, tienen capacidad de ganar amplitud, debido al momento.
Antônio Jorge Ramalho, profesor del departamento de Relaciones Internacionales de la Unb, afirma que el momento es conveniente para amplificar el mensaje de Brasil, aunque la posición brasileña no tiene la capacidad de cambiar la conducta de Israel en este momento.
«La elección de las fechas está relacionada con el sentido de urgencia de proponer un alto el fuego. Veamos que no es una innovación en relación a lo que hizo Brasil en la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU. La situación sobre el terreno ha empeorado significativamente y Brasil es uno de los de los pocos países en proponer una solución equilibrada, lo cual es correcto y está relacionado con la posición histórica de la PEB (Política Exterior Brasileña)», afirma.