Los manifestantes intentan invadir el Parlamento de Hong Kong; ver
Manifestantes contrarios al gobierno de Hong Kong intentaron invadir el lunes el Parlamento local durante el acto que recuerda el 22 aniversario de la devolución del territorio a China.
La policía movilizó una unidad anti-disturbios dentro del edificio y usó bombas de gas lacrimógeno y spray de pimienta para contener la acción, que marca un nuevo capítulo en la crisis política que afecta a Hong Kong desde principios de junio.
Después de la confrontación, los dos lados llegaron a un callejón sin salida, con los manifestantes rodeando al Parlamento ya la policía dentro de él impidiendo la entrada del grupo.
Según el gobierno local, 13 agentes de seguridad resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados al hospital. No hay información del número de manifestantes heridos.
Desde el inicio del día, el territorio quedó dividido entre el acto del gobierno para conmemorar el aniversario de la devolución y la protesta convocada por activistas pro-democracia.
Con gritos de "vamos allá, Hong Kong", miles de manifestantes acudieron a las calles contra el gobierno y el control chino.
Jóvenes encapuchados ocuparon y bloquearon las tres principales avenidas de Hong Kong con rejas de metal. Policías, equipados con cassetetes y escudos, se posicionaron ante los manifestantes. Los agentes usaron gases lacrimógenos y los activistas respondieron con el lanzamiento de huevo.
Poco después, un grupo de manifestantes usó esas rejas para intentar romper el cristal del edificio del Parlamento. Las barras de hierro, los carros de mano y paraguas (un símbolo del movimiento pro-democracia en el territorio) también se utilizaron.
Algunos activistas intentaron impedir la acción de los colegas y se colocaron delante de los cristales, pero acabaron siendo retirados.
Según el acuerdo de devolución, Pekín se comprometió a respetar la democracia en el territorio, que posee un sistema legal propio y cierta autonomía política -un arreglo conocido como "un país, dos sistemas".
En los últimos años, sin embargo, la dictadura del Partido Comunista viene tratando de aumentar su poder sobre el territorio, llevando a la oposición pro-democracia a organizar grandes manifestaciones.
La situación empeoró a principios de junio, cuando el gobierno de Hong Kong -apoiado por Pekín- presentó un proyecto de ley de extradición que, según sus críticos, abriría la posibilidad de que los sospechosos fueran enviados a la China continental para ser juzgados.
Protestas convocadas por activistas pro-democracia contra la nueva ley reunieron a miles de personas y acabaron obligando al gobierno a suspender temporalmente el proyecto.
Las manifestaciones, sin embargo, continuaron y pasaron a mirar a la jefa de gobierno, Carrie Lam, considerada una aliada de China. La ola de protestas es vista como el mayor desafío interno del líder de la dictadura china, Xi Jinping.