Los desheredados

Durante la época navideña, rara vez recordamos el verdadero significado de esta temporada y por qué la celebramos. Entre los regalos de Navidad y los preparativos de la cena más especial del año, se nos olvida el motivo de reunir en torno a una misma mesa a familias, a veces enfrentadas. Esta razón se llama Jesús. Y, para los que no lo recuerdan, estamos celebrando el nacimiento de Jesús.

Jesús, hijo de Dios, era para su sociedad contemporánea un desheredado, nacido en un establo, hijo de padres muy modestos que estaban en una tierra que era suya. Jesús estaba lejos de las elites gobernantes y del poder político o económico. Estuvo cerca de la espiritualidad por su vínculo con Dios. Así, el mensaje que transmitió fue de consuelo y esperanza para los pobres, garantizándoles un reino para su redención si cumplían los deberes de humildad.

¡Qué lejos están estos tiempos en los que ni siquiera en el lugar del nacimiento de Cristo se puede celebrar pacíficamente este acontecimiento! Es, por tanto, necesario reflexionar sobre los tiempos que vivimos, dominados por las prisas, la tecnología y una creciente insensibilidad y falta de empatía hacia los demás.

Los reyes del mundo

Comienzo esta reflexión, a través de una película fantástica que inauguró la Muestra de Cine Latinoamericano, en el Cine S. Jorge, de Lisboa. Titulada “Los Reyes Del Mundo”, la película cautiva con su belleza cinematográfica que contrasta con la violencia de la realidad que relata. El público queda sumergido en la película, entre la poesía de los pensamientos y la belleza de los paisajes. Las imágenes que corren vorazmente a veces se detienen en un raro momento de disfrute estético.

Esta película retrata a cinco adolescentes, abandonados a su suerte en un ambiente cruel. Es entre los desafortunados de la vida donde encuentran cierta complicidad y comprensión. Se embarcan en un largo camino de esperanza que parece darles por fin aquello a lo que todos tienen derecho: un hogar, libertad y dignidad.

Entre efusivos momentos de alegría y momentos de frustración, vi la película con el corazón encogido, compartiendo el destino de los personajes en un juego inmersivo en el que la directora Laura Mora Ortega sitúa al espectador dentro de la película.

Al final sentí un puñetazo en el estómago, porque el final que temía es el que sucedió, con la destrucción de la esperanza de esos jóvenes irreverentes que, en Colombia, nos recuerdan el estado del mundo y las sociedades contemporáneas. . La falta de empatía destruye el sentido de humanidad y la falta de empatía y la capacidad de reconocer la dignidad, sin importar credo, tono de piel, cultura o clase social.

Al igual que la familia de Jesús, estos jóvenes buscaban un lugar donde vivir en paz y ser reconocidos como parte de la humanidad, con derecho al respeto y la dignidad. Es en este mundo controvertido, asimétrico y cruel donde celebraremos el advenimiento de la paz, el intercambio y la comprensión.

Cuando estamos en el calor de nuestras familias, hay muchos otros que, por elección o destino, quedarán fuera de este universo de confort. Muchos otros, o al menos algunos de los cuales podrían ser los reyes de la libertad, la igualdad y la empatía humanas.

Entre guerras

Después de la pandemia, se creía, o se quería admitir, que el sentido de empatía crecería entre los individuos. Como si una dificultad inesperada despertara el sentido de humanidad y de compartir.

Luego de que terminó la pandemia, tuvimos varios testimonios de que esto no sería así. El estallido de la guerra en Ucrania y, más recientemente, en Gaza, nos lleva a pensar que sólo asistimos a una concentración de los distintos Estados en sus propios intereses, en detrimento de una gobernanza internacional que reconoce el hecho de compartir un solo planeta, un Una sola atmósfera, una sola humanidad.

Esta disposición al conflicto también es evidente en las diversas sociedades nacionales, donde las revueltas sociales han despertado o profundizado, estimuladas por conquistas pospuestas o por procesos de redistribución de la riqueza nunca intentados.

De esta manera, la expresión de la violencia en la guerra acompaña la polarización de posiciones en el espacio nacional y la suspensión de diálogos constructivos. Entre algoritmos y competencia por las audiencias, la realidad se describe en blanco y negro, sin grises, no invitando a la reflexión.

De esta manera, también se olvida el marco de cada acontecimiento, relegando a un segundo o tercer plano la volatilidad del Orden Internacional que se expresa en todos los ámbitos de nuestra vida.

Desde los acuerdos de gobernanza global, por ejemplo, relacionados con el clima y el océano, hasta la lucha contra la crisis económica que se ha producido, existe una sensación de abandono progresivo de los principios que guiaron un proceso de globalización que ya no satisfizo sus principales objetivos. conductores. El enfrentamiento en escenas de guerra, que tiene orígenes antiguos, no se tiene en cuenta y a veces se transforma en un conflicto que parece haber estallado ahora.

Es sabido por quienes trabajan e investigan en el área de las relaciones o estudios internacionales que la imprevisibilidad y competencia de potencias globales o bloques poderosos potencia el conflicto latente, dándole las condiciones para convertirse en guerra o disputa violenta. El equilibrio de poderes, hasta ahora equilibrado y basado en un contexto de poder hegemónico, se enfrenta a la demanda de un Orden más multipolar y descentralizado por parte de algunas potencias regionales, ubicadas en lo que se llama el Sur Global.

En este sentido, la complejidad en el Orden Internacional ha aumentado y es más difícil realizar análisis prospectivos que sean perfectamente precisos. La volatilidad invita a asociaciones cíclicas y reordenamientos permanentes que a menudo tienen impactos globales.

Así, podemos decir que tanto interna como externamente los países enfrentan climas desfavorables, en los que el potencial de conflicto ha aumentado considerablemente. El populismo, la polarización de la opinión pública, los escándalos en torno a la clase política y, sobre todo, el miedo a las amenazas externas y a la pérdida del modo de vida que ha caracterizado las últimas décadas constituyen elementos que pueden volverse explosivos.

De regreso al comienzo

Volviendo al inicio de este artículo, pero también a los valores asociados a la Navidad y las valoraciones que se suelen hacer para el nuevo año, recordemos cómo el arte nos une y una película sobre la realidad de Colombia puede decirnos tanto. sobre nosotros y sobre lo que sucede a nuestro alrededor.

Leer más, ver más películas, escuchar más música y sobre todo tener la curiosidad intelectual de comprender a quienes son diferentes a nosotros, ayudaría mucho a comprender cómo actuar en un mundo que poco a poco se vuelve más voluble.

La justificación de la inhumanidad contra cualquier individuo, comunidad o pueblo se ha convertido en la regla en un mundo polarizado, desatento y con poco tiempo para buscar explicaciones o análisis. En este tiempo de voracidad, es urgente volver al principio y reconocer que, si bien el mundo digital nos ayuda y nos persigue, nacemos análogos, seres irremediablemente vinculados al mundo que nos rodea y a la realidad en la que vivimos.

Sólo así sobreviviremos, como individuos, comunidades, pueblos y especies. No existe un plan B o C para la humanidad. En un momento en el que nos damos cuenta de que los problemas del otro lado del mundo nos alcanzarán como ondas expansivas, no podemos seguir pensando que la responsabilidad de lo que está sucediendo en nuestro país, o incluso en el mundo, no pasa también por nosotros. .

Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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