Los ciclos políticos y la confianza necesaria para el futuro de Portugal
Empezamos el año, en Portugal (pero no sólo), con un marco electoral de corto plazo. Los medios de comunicación se centran en los líderes políticos y los círculos en los que se mueven.
Pero lo que veo que se discute, ya sea en el pasado o en el futuro, no tiene nada que ver con lo que experimento a diario. En mi vida profesional diaria, acompaño a empresarios y directivos a tomar decisiones importantes sobre inversiones, y grandes inversiones, en Portugal y en el extranjero, en innovación, conversión o transición tecnológica, y en la atracción o retención de talento, para que sea posible mantener la competitividad. , asegurar la sostenibilidad y también lograr cierto crecimiento. El contexto competitivo es estupendo y el momento sigue siendo de incertidumbre y volatilidad.
Sabemos que las inversiones de mediano y largo plazo se realizan con análisis de riesgos y planes para su mitigación. En un contexto global de incertidumbre, las políticas económicas y fiscales cobran mayor importancia, ya que pueden promover la confianza empresarial a la hora de invertir. No he oído nada, pero nada en esta zona. Es hora de tener propuestas y compromisos para el futuro dentro de cinco y diez años. ¿Cómo podemos querer crecimiento económico e inversión empresarial si no hay –y no ha habido– políticas que promuevan la estabilidad y la confianza?
Estoy vinculado a la educación superior. Cada año acompaño a más de cien jóvenes en su camino de maestría. El desencanto con Portugal y lo que el país puede ofrecerles va en aumento. Y en el contexto abierto y competitivo en el que nos encontramos, es bueno para los jóvenes, que pueden atreverse a ir a ver mundo y realizarse profesionalmente en otros países.
A lo largo de mi vida he visto otros movimientos de talento saliendo de Portugal, pero eso fue porque no había trabajo en Portugal. Ahora hay. Pero las que existen no permiten una retribución adecuada a quienes han tomado el camino de desarrollarse y prepararse para trabajar. Pero qué gran inconsistencia hemos permitido que suceda como país. ¿Y qué vamos a hacer?
Al estar cerca de los jóvenes que van y permanecen en el extranjero, sé que les mueve la búsqueda de una vida digna y de un buen equilibrio entre la vida personal y profesional. También sé que muchos logran encontrar lo que les enseñamos: un trabajo que pueden hacer y donde realizarse como personas y profesionales; un espacio adecuado para vivir y que puedan pagar con su salario, un trabajo que puedan conciliar con su vida personal y, con el tiempo, la perspectiva de guardar algo para otros sueños más grandes (ya sea regresar a Portugal, viajar más lejos o tener tu propia casa). ¿No son estos los sueños que deberíamos alimentar en todos los jóvenes?
Entonces, ¿qué queremos que se discuta en los próximos debates electorales? ¿En qué queremos que se centren los medios en sus preguntas a los líderes y representantes políticos? ¿Qué compromisos necesitamos tener sobre la mesa de cualquier líder político? ¿Qué queremos como directivos, como empresarios, como educadores, como jóvenes, como padres, como ciudadanos? ¡Es hora de ser exigentes, de pedir compromiso y responsabilidad y de votar!