Lo que el teléfono negro hace mejor que las historias reales de crímenes reales
Cuando Finney es secuestrado y arrojado al mismo sótano subterráneo donde fueron asesinados, el niño descubrió que podía comunicarse con ellos a través del teléfono desconectado que colgaba de la pared. Estos espíritus están perdidos e inseguros de sus propias identidades, pero todos tienen una cosa en común; están enojados porque no pudieron sobrevivir, sin importar sus intentos de escape.
Y no se equivoquen, hicieron todo lo posible. Bruce trató de cavar un hoyo en el piso de tierra del sótano, mientras que otra víctima llamada Billy trató de subir a la ventana con barrotes usando un cable perdido. Ellos, junto con otras víctimas, le detallan estos intentos a Finney a través del teléfono desconectado, con la esperanza de que sea él quien finalmente los haga funcionar. Para ellos, Finney representa la libertad que nunca llegaron a experimentar, las vidas que no llegaron a vivir. Hacia la escena final culminante, una víctima llamada Robin, a quien el público vio anteriormente defendiendo a Finney contra un trío de matones, es capaz de sacarlo de las profundidades de la desesperanza.
Aunque no pudo salvar sus vidas, tiene la capacidad de hacer que sus almas descansen en paz si mata al Grabber. Es este aliento, junto con un teléfono lleno de suciedad y los intentos de escape sobrantes, lo que eventualmente ayuda a Finney a matar a su captor de una vez por todas.