Las incertidumbres en las relaciones entre Estados Unidos y Taiwán marcan los 50 años de la sede de China en la ONU





Hace 50 años, el clima se volvió amargo para Taiwán. En octubre de 1971, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que decidió «restaurar todos los derechos de la República Popular China y reconocer a sus representantes gubernamentales como los únicos representantes de China en las Naciones Unidas».





Nacionalistas y comunistas disputaron durante dos décadas quién era el representante legítimo de China en la ONU y, por extensión, en el mundo. La resolución de 1971 es un importante punto de inflexión en el ascenso de la China comunista al orden internacional. Desde entonces, varios países han normalizado su relación con Beijing. Brasil lo hizo en 1974.

El origen de la disputa se remonta a la guerra civil china. Cuando los comunistas ganaron el conflicto en 1949 y fundaron la República Popular China (PRC), los nacionalistas, encabezados por Chiang Kai-shek, huyeron a Taiwán. A partir de ahí, pretendían recuperar el control del país. Argumentaron que la República de China (ROC) todavía existía y que eran sus representantes. Desde Beijing, los comunistas abogaron por lo contrario.

Cuando se estableció la ONU en 1945, por supuesto, no existía la República Popular China. Bajo los nacionalistas, China fue uno de los primeros países en firmar la Carta de las Naciones Unidas, que por cierto le aseguró un puesto permanente en el Consejo de Seguridad.

A partir de 1950, después de la guerra civil, la Asamblea General de la ONU rechazó sistemáticamente las solicitudes de que la República Popular China asumiera el asiento chino en la Organización. En 1950, solo seis países votaron a favor del cambio. Con el tiempo, el apoyo a la causa de Beijing creció. En 1960 había 34 a favor.

Estados Unidos, los grandes garantes de la posición de Taiwán, cambió de táctica para evitar la derrota en la sala de la ONU. En 1961, comenzaron a proponer que el tema se enmarcara como un “tema importante”, con lo que se modificó el tamaño del apoyo necesario para aprobar la resolución. En lugar de una mayoría simple, dos tercios de los miembros tendrían que apoyar la sustitución de la República de China por la República Popular China. Así, el statu quo, favorable a la posición de la isla, se mantuvo durante otros diez años.





Durante el largo período de controversia, varios miembros de la ONU apoyaron una solución de “dos Chinas”, permitiendo que Beijing y Taipei se sientan en la organización. Pero ambos siempre rechazaron la idea.

Muchos en Taiwán hoy lamentan no haber apoyado el arreglo mientras se encontraban en una posición de fuerza. A los nacionalistas les tomó tiempo reconocer, o aceptar, la realidad que se imponía.

La posición de Taiwán ha evolucionado con el tiempo. En lugar de reclamar recuperar el control de toda China, muchos ahora están coqueteando con la idea de la independencia de la isla, una posición inaceptable para Beijing.

A principios de la década de 1970, varios países ya apoyaban la posición de la República Popular China en la ONU, incluidos los aliados de Estados Unidos. La visita sorpresa de Henry Kissinger a Beijing en julio de 1971 presagió los tiempos cambiantes.

Aún así, en octubre de 1971, Estados Unidos presentó la moción para tratar el tema de la representación china como un «tema importante», sujeto a una mayoría calificada. La propuesta fue rechazada en el plenario de la ONU por 59 a 55 votos. En ese momento, el resultado del caso era seguro.

En términos generales, la resolución de 1971 decide «expulsar inmediatamente a los representantes de Chiang Kai-shek del puesto que ocupaban ilegalmente en las Naciones Unidas».

Medio siglo después, si bien es cierto que la República Popular China tiene hoy un peso enorme en el orden internacional, también es cierto que sus relaciones con Estados Unidos y Taiwán están marcadas por una creciente incertidumbre.

Para Beijing, el problema en la ONU se ha resuelto, pero la incertidumbre sobre Taiwán está aumentando.

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Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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