La urgencia de la Economía Azul
Esta semana tiene lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que reúne en Lisboa a varios líderes mundiales, entidades públicas y privadas, inversores y emprendedores, donde debaten y definen estrategias para la sostenibilidad de los océanos y, en consecuencia, de nuestro planeta.
Desde un punto de vista económico, y centrándonos en el concepto de “economía azul” (uso sostenible de los recursos oceánicos para el desarrollo económico, según el Banco Mundial) la importancia de las actividades vinculadas al “mar” es innegable.
En Portugal, y según los últimos datos conocidos del INE, la denominada “economía azul” representa en torno al 4,1% del empleo, el 5% del total de las exportaciones nacionales y el 5,1% del PIB. Estas cifras abarcan un conjunto muy diverso de actividades, desde el turismo y el ocio, la pesca y la acuicultura y las actividades portuarias, hasta las actividades más “recientes”, como la producción de algas o la producción de energías renovables –como la eólica marina y, en un futuro próximo, la producción de hidrógeno verde.
La “economía azul” puede ser una de las áreas que más puede contribuir al crecimiento y la sostenibilidad de la economía portuguesa a largo plazo, dado que nuestro país cuenta con la vigésima zona económica exclusiva (ZEE) más grande del mundo, lo que podría ganar mayor importancia con la ampliación de la plataforma continental (que, en la práctica, duplicará el tamaño de la ZEE actual).
Crear las condiciones para el lanzamiento de nuevos productos, servicios y soluciones vinculados al mar es uno de los retos de nuestro sistema de innovación para los próximos años, contribuyendo a una economía y una sociedad más sostenibles. Además de la señal política ya dada -creación del Ministerio de Economía y Mar-, es fundamental lograr una clara articulación estratégica entre políticas públicas, empresas y otros actores económicos, así como la movilización y concienciación de la sociedad sobre la importancia de los océanos (usando la Ciencia como evidencia) para la calidad de vida en el futuro y, en última instancia, para la supervivencia de todos nosotros.
En términos de políticas y actores, las capacidades y conocimientos en el “área del mar” se han reforzado en las últimas décadas, con la participación de cientos de entidades, empresarios, inversores y la comunidad científica y tecnológica. La creación del “Cluster do Mar”, gestionado por Fórum Oceano – Associação da Economia do Mar – es un buen ejemplo de articulación y colaboración entre diferentes actores. También ha sido importante la actividad de nuestros centros de I+D+i en la producción de nuevo conocimiento –como Laboratorios Asociados, Laboratorios Estatales y Unidades de I+D+i– así como de las entidades que realizan I+D+i con mayor vinculación al tejido empresarial.
Es el caso de los Laboratorios Colaborativos (como +ATLANTIC, B2E, GREENCOLAB o S2AQUACOLAB), responsables del desarrollo e implementación de agendas de investigación e innovación vinculadas al “mar”, pero también de Centros de Tecnología e Interfaz (como CEiiA, Wavec o INESC-TEC), donde la colaboración con las empresas es una realidad desde hace varios años, jugando un papel importante el nivel de valorización de la tecnología y el conocimiento.
Sin embargo, para el desarrollo de las actividades de I+D+i es importante que exista un rápido acceso a los diversos mecanismos y fuentes de financiamiento, las cuales al finalizar la década serán diversas y en un monto significativo.
En el ámbito de Portugal 2030, destaca el próximo Programa Operativo MAR 2030 que se ejecutará a finales de 2027. Con un presupuesto de más de 540 millones de euros, las prioridades se centran en la pesca sostenible, la acuicultura sostenible y la seguridad alimentaria, la economía azul sostenible y gobernanza de los océanos, promoviendo mares y océanos seguros, protegidos y limpios.
También son importantes en términos de financiación los fondos para el Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) para los próximos años, estando previstas inversiones de más de 250 millones de euros hasta 2026, donde se espera una gran implicación de nuestras empresas, incluida la Inauguración. La primera de estas inversiones se ha lanzado este año, el Blue Hub, con una dotación de 84 millones para inversiones en infraestructuras marítimas que gestionará el Fondo Azul/Dirección General de Política del Mar.
También se prevén inversiones de 21 millones de euros en la transición verde y digital en Pesca, 112 millones en el área de Defensa del Atlántico y Plataforma Naval y 32 millones para el desarrollo del Clúster del Mar de las Azores.
Por el lado del capital riesgo, en los últimos años hemos asistido al surgimiento de empresas y fondos (públicos y privados) para inversiones en proyectos de mayor riesgo vinculados al mar. Es el caso de Portugal Blue (Fondo Europeo de Inversiones y Banco de Desarrollo), Fundo Azul (Ministerio de Economía y Mar), Indico Blue Fund (Indico Capital Partners) o Faber Blue Pioneers (Faber Capital).
Más que un diseño, el “mar” y la “economía azul” son una prioridad ante la urgencia actual de salvar nuestro planeta.