La Tierra Es De Quién la Trabaja
¡La tierra es de quién la trabaja! ¡Los fascistas comen paja! Mai'nada!
(in "¿Qué haré yo con esta espada?" de Juan César Monteiro, 1975)
Sorprendentemente, o tal vez no, la visita del Presidente de la República Popular de China a Portugal trajo nuevas reacciones en comparación con las que se produjeron durante las visitas de sus predecesores. Por lo que percibí, la causa del pueblo tibetano y el amor eterno a Su Santidad -el Dalai Lama- pasaron al archivo muerto, quedando la visita marcada por las protestas del Bloque por divergencias con la "política de derechos humanos" y el PAN, la razón me escapó, pero debe estar relacionada con un tema fracturado cualquiera, como los perros sirven de alimento o algo parecido.
Comenzando por los puntos muy positivos, la romería de la comunidad china en las inmediaciones del Ritz para mostrar a Xi Jiping. ¡Caló estar junto al hotel en una de las ocasiones en que la comitiva pasaba y era notorio el orgullo de los chinos que se volvían hacia los pasantes, como yo, diciendo "¡ven ahí!". Las causas del orgullo no me interesan, me interesa que se sientan a gusto para mostrar ese orgullo entre nosotros, porque eso es lo que nos debe enorgullecernos. También es muy positivo, la forma en que las autoridades portuguesas estaban disponibles para dar servicio rectángulo pequeño del mundo puede servir como un punto de apoyo para el comercio de lo que será la mayor economía del mundo.
Claramente negativo, es comenzar a acosar a los chinos porque han comprado varias empresas portuguesas. Siendo la EDP uno de esos gigantes de los que es ineludible hablar, hubo también adquisiciones en la banca, seguros y comunicaciones que fueron relevantes en nuestra economía. Esto es factual, no es especulativo. Lo extraño en la actitud de mis compatriotas es la preocupación que tienen con el hecho y, si hacen la caridad de dejarme explicar, espero convenceros de la irracionalidad de su preocupación.
Mi primer punto es que no puedo entender por qué una empresa que tiene un propietario chino es peor que tener un dueño portugués. Desde que EDP, por ejemplo, tiene un dueño chino, el crecimiento de las sospechas de implicación en sobornos y otras situaciones menos propias fue cero. Si aún no tuvimos noticias de sospechas sobre el carácter menos propio de los accionistas orientales, ya de los antiguos dueños lusitanos no podemos decir lo mismo.
Segundo, no recuerdo que ningún chino ha robado las acciones de las empresas afectadas o ha utilizado la fuerza para adquirirlas. En todos los casos que recuerdo, las empresas fueron adquiridas por la mejor oferta en términos de precio. Algunas, como EDP, eran cotizadas en bolsa y nadie estaba dispuesto a comprar la empresa por el precio al que se adquirieron las acciones. Es decir, no hubo un solo empresario lusitano que, incuidado de una extraña misión patriótica, se llegara al frente para adquirir la empresa a precio de mercado, mucho menos por encima de él como lo hicieron los chinos.
¿Es verdad que EDP disfruta de lo que se ha convenido llamar "rentas excesivas"? Si es así, pero recordaba a mis queridos compatriotas que cuando los chinos compraron la empresa los "rentas" ya estaban allí. Si son excesivos o no, eran nuestros compatriotas que nos presente con ellos para el disfrute de los antiguos propietarios, Portugal incluido. Es decir, el precio en la bolsa ya reflejaba la existencia de esas "rentas" y los chinos dieron dinero por ellas. Allí porque nosotros lo hayamos gastado se sabe allí en qué, difícilmente podremos ahora pasar las culpas.
En tercer lugar, contrariamente a lo que ocurre con las empresas adquiridas por los accionistas de otras nacionalidades, incluyendo el portugués, hasta el momento las empresas adquiridas por chinos fueron objeto de intensas aumenta la inversión y de personal. Hasta ahora no he visto un caso en el que hubieran dicho que más vale tener una sede en Madrid que lo controla todo. No entiendo exactamente dónde es que esto es negativo o nos pueda perjudicar en lo que sea. El hecho es que los inversores han valorado el conocimiento de los empleados portugués a nivel que se merecen, han valorado su competencia y compromiso y, sorprendentemente, no tratarlos como servidores, ya que algunos antiguos accionistas lusitanos más alto pedigrí.
Cuarto, y el que más me afecta personalmente, no entiendo siquiera la esperanza que los compradores vinieran de otro origen. Hace décadas que los chinos trabajan para nuestro consumo. Casi todos los bienes que consumimos son hechos por chinos. No sé si es excesivo recordar el destino de la cigarra, pero la verdad es que durante años y años hemos gastado el dinero que teníamos y no teníamos que consumir el trabajo de los chinos, de forma directa o indirecta. Hasta no se puede decir que sea malo que el dinero que compra las empresas venga de allí. Es como si hubiera vuelto al origen para equilibrar las cosas. ¿Por qué, ay, cantaron? ¡Entonces dancen! Dijo la hormiga a la cigarra. Porque no fueron los chinos que anduvieron a votar en gobiernos que gastaban dinero en casi todo menos en lo que debían gastar. Si hubiera quien creyera que la deuda de los estados nunca se paga, tiene aquí la prueba de que se paga y hasta se paga con intereses bien altos.
Si me preguntan si no me preocupa el hecho de que los chinos sean los "dueños de todo esto", tengo que confesar que me preocupa mucho menos que cuando los "dueños de todo esto" eran otros. La única cosa que me preocupa es que hemos hecho cero para no haber "dueños de todo esto". Ahora me preocupa más que otro, ni por eso. En teoría, un estado que estuviera atento continuaba con el control, porque el arma de la nacionalización nunca se perdió y, habiendo alguna razón estratégica, siempre puede ser usada. El problema nunca fue ese, el problema siempre estuvo en la forma en que encaramos el trabajo y el valor que tiene. Si el Metro fuera de dueños chinos estoy seguro de que teníamos Metro para todos y no sólo para las personas que se pueden permitir el lujo de soportar huelgas cuatro veces al año. Seguimos siendo un país que cree que el trabajo es una cosa menor, que sirve sólo para ser objeto de impuestos para que formas superiores de ciudadanía puedan ser usufructuadas por formas superiores de ciudadanos, cuyo derecho al ocio prolongado es inquebrantable. Por eso, si es mejor que esa arma nunca sea usada, para que aprendamos de una vez por todas que, al final de la historia, la tierra es para quien, de hecho, la trabaja! Los fascistas que com …
(Las opiniones expresadas en este artículo son personales y vinculan sólo y sólo su autor)
Doctor en Física, Co-Fundador de Closer, vicepresidente de la Asociación Portuguesa de Ciencias de Datos