La salud mental es importante en el tratamiento de enfermedades reumáticas.
Nada más apropiado en estos tiempos difíciles de la pandemia Covid-19 que discutir el salud mental y, especialmente, su relación con la enfermedades reumáticas – grupo que incluye artrosis, artritis reumatoide, fibromialgia, entre otras afecciones. Es importante comprender cómo uno influye en el otro y cómo podemos ofrecer la mejor atención a quienes viven con estos problemas.
EL salud mental se puede definir como la sensación de bienestar que resulta del equilibrio positivo entre las emociones y una interacción social productiva y gratificante. No significa la ausencia de enfermedades, ya que estas, si se tratan bien, no interfieren con la calidad de vida de la persona. Por tanto, el bienestar mental se trata de la capacidad del individuo para afrontar los problemas físicos y emocionales de forma adecuada.
EL reumatismo es un conjunto de más de 120 enfermedades que afectan a personas de cualquier edad. De carácter crónico e incurable, pueden afectar a cualquier articulación u órgano del cuerpo, provocando, en la gran mayoría de los casos, dolor, discapacidad funcional y reducción de la calidad de vida. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, estas repercusiones se pueden controlar.
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Es evidente que el diagnóstico de una enfermedad de estas características tiene un impacto importante en el equilibrio emocional y social del individuo.
Saber que será necesario adaptar su forma de vida a la nueva realidad de vivir con una enfermedad crónica tendrá consecuencias en el ámbito psicológico. Será necesario hacer uso de una serie de mecanismos internos (fortalezas propias de la persona) y externos (tratamiento médico y apoyo social) para reaccionar ante el desafío.
Se sabe que el desequilibrio mental puede ser el desencadenante de la aparición de enfermedades fisicas o su empeoramiento. Hablamos aquí de diabetes, hipertensión… Y las enfermedades reumáticas no son una excepción.
Los estudios demuestran que entre el 15% y el 45% de los pacientes reumáticos padecen algún tipo de trastorno mental, especialmente ansiedad y depresión. Además, el descubrimiento de estas enfermedades puede conducir a alteraciones emocionales y cambios de comportamiento que antes no existían.
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¿Cómo y por qué se llevan a cabo estas asociaciones? Probablemente porque nuestros sistemas inmunológico, nervioso y endocrinológico forman una red en la que todos se comunican. Cuando una de las partes falla, es muy probable que la otra también falle. El delicado hilo que asegura el buen funcionamiento del «todo» es el equilibrio biopsicosocial.
Después de muchos años de seguimiento de pacientes reumáticos, ha quedado claro que no existe una dualidad entre cuerpo-mente y mente-cuerpo. El paciente es uno y sólo reconociendo esto podremos ayudarlo a tener calidad de vida. Por tanto, el tratamiento debe incluir necesariamente la atención de la salud mental.
El trípode formado por un reumatólogo, psiquiatra y psicólogo, además del apoyo social y familiar, es la forma más adecuada de brindar al paciente lo que realmente se merece: la mejora de su estado físico y mental.
* Daniel Feldman Pollak es reumatólogo, ex presidente y miembro de la Sociedad de Reumatología de São Paulo; Ricardo Jonathan Feldman es psiquiatra y médico del Hospital Israelita Albert Einstein (SP)