La reacción no canta. Sólo inventa
Ahora la culpa es de las fake news. Del WhatsApp. Del Facebook. En resumen de las redes sociales … Sí, las tales que eran una maravilla de potencialidades en la primera victoria de Obama y que ahora se están convirtiendo en una especie de entidad demoníaca responsable por la historia no estar cumpliendo la escatología oficial que da el progresismo estatista como el pilar del paraíso más que seguro de nuestro futuro.
En los años 70, y particularmente con respecto a Portugal, el fallo fue el rumor. El rumor era reaccionario. El rumor servía la reacción. En fin, como concluía el material de la Dinamización Cultural, ya con el reaccionario acoso animalizado en un lacra, había que aplastar el rumor. Sin piedad, claro.
Del rumor que servía la reacción a las fake news que continúan sirviendo la reacción sólo cambió el soporte. Es inmutable esta concepción de la derecha como la reacción a un progresismo tan natural como positivo. Y es esa derecha-reacción que, no consiguiendo convencer por sus argumentos, recurre a hordas de reaccionarios, invariablemente conectados con capitalistas y cerebros extranjeros, para generar tales rumores, las fake news… En resumen, mentiras o verdades manipuladas que impiden al pueblo percibir la verdad y así cumplir su papel como electores: confirmar con su voto aquello que anticipadamente fue presentado como el curso inevitable de los acontecimientos. En la derecha el pueblo sólo vota porque se deja engañar.
En esta catequesis progresista los rumores de la reacción son los responsables de los pueblos si están dejando caer en la tentación. Los pecados se llaman fascismo, capitalismo, populismo, racismo, imperialismo, nazismo, liberalismo, neoliberalismo, conservadurismo, neo-conservadurismo … Algunos de estos ismos son contradictorios entre sí – por ejemplo, ¿qué será un fascista liberal? – pero no se puede dejar que la racionalización estropee una buena catequesis.
Sin embargo, si se parara un poco en esta histeria se percibía que lo que las urnas de voto están diciendo en este siglo XXI es la prolongación del eslogan que resonó en las calles de la RDA en 1989: "Nosotros somos el pueblo!" En ningún lugar se invocó tanto al pueblo como a las sociedades socialistas y sin embargo el pueblo huyó de tal modo de esas sociedades construidas en su nombre que sus fronteras tuvieron que ser blindadas para que el pueblo no las abandone. Hoy, en las democracias occidentales, el pueblo no encuentra eco de los problemas de su cotidiano en esta versión políticamente correcta de la vida de que le hablan sus élites.
Oficialmente se vive en una marcha hacia la perfección. En la práctica se instala una dictadura de las minorías y de las minorías dentro de las minorías … En este mosaico de causas esdrújulas se impone un relativismo en el que los hechos dejan de ser hechos para convertirse en fenómenos sociológicos. Así un mismo acontecimiento tanto puede ser clasificado como un crimen o ser tratado como un no-hecho según la identidad de sus autores. Por ejemplo, en España las violaciones en grupo pueden generar una vacante de indignación o de silencio según sus autores sean españoles o extranjeros. Si de España pasamos a Italia constataremos que la violación durante dos días y por fin el asesinato de una adolescente por un grupo de hombres en que se contaban varios inmigrantes africanos dejó en silencio los tan ruidosos movimientos denominados feministas. (En cuanto a las noticias sobre este crimen publicada en Portugal son escasos y todavía se dedican principalmente a llamar la atención sobre la ventaja política que la derecha populista puede ver con el caso. Sorprendentemente los mismos periódicos no lo inhibe para hacer un uso político intensivo durante el el asesinato en Brasil, de Marielle Franco)
¿Y cómo explicar que en medio de tanta conversación sobre la solidaridad con los trabajadores, de tanto sindicato, de tanto movimiento de esto y de aquello no se encuentran prácticamente referencias a la aparición en Francia del movimiento de profesores #PasDeVague? Las imágenes amplias de dos alumnos adolescentes apuntando un arma a la cabeza de una profesora en el Liceo Edouard-Branly llevaron a que muchos otros profesores vinieran no sólo a contar las violencias y humillaciones a que son sujetos sino también la forma en que las direcciones escolares no dan seguimiento a las sus quejas, subestimando las agresiones, imponen el silencio.
De Suecia a Colombia, de Italia a Brasil, de Francia a EEUU, encontramos invariablemente ese patrón: pueblos preocupados por cuestiones como la seguridad, con lo que está sucediendo en sus escuelas y en sus calles … Cuestiones que sus élites menosprecian y demonizan a través de la adjectivación de las intenciones de quien pretende tratar los asuntos para los cuales ya tienen una versión oficial: cuestionar cualquier dato sobre la inmigración equivale a pasar a xenófobo; de la violencia implica correr el riesgo de ser transformado en defensor de dictaduras …
Las fake news sólo proliferan porque los políticos no quieren salir de la zona de confort de una realidad oficial, pasada por el filtro de lo políticamente correcto. Es decir una realidad que vista desde fuera de la burbuja de las élites sabe la falsa.
Que vienen a Portugal a partir incluso de otro planeta, sino de cualquier otro país creen que se cumplió el sueño del rey Juan VI y que la capital del reino permaneció en Brasil este ha sido nuestro exacerbación con esta campaña electoral brasileña. Otros méritos no tenían la elección del nuevo presidente de Brasil, al menos, tuvo el lanzamiento de distancia de los grandes títulos de nuestros problemas: ¿cómo va a ser la vida de los portugueses, con sus ahorros accionados por la presión fiscal absurdo, cuando se dan cuenta de que los recursos de los servicios públicos públicos están cada vez más destinados a asegurar los compromisos asumidos por el Gobierno con los funcionarios públicos? Hospitales, escuelas, transportes, recogida de basura … se convirtieron en el escenario de huelgas y más huelgas. pago portuguesa más y más servicios públicos y disfrutar cada vez menos. Pero para qué hablar de eso cuando tenemos que luchar por la democracia en Brasil? ¿Para qué preguntarse si era o no del conocimiento del primer ministro la puesta en escena de la devolución de las armas "que tal vez no hubieran sido robadas de Tancos" cuando tenemos que denunciar todo lo que el Bolsonaro dice sobre el porte de arma? … ¿Cuál será la campaña? en que nos vamos a involucrar a continuación?
De camino el mismo recién llegado será llevado a concluir que quien de hecho regresó fue la santísima inquisición: el fervor místico de las declaraciones anti-Bolsonaro; la exigencia de que bajo pena de ostracismo todo y cualquiera se declare contra el Bolsonaro; las evaluaciones del grado de convicción con que A o B se dijeron contra el Bolsonaro … serían el colmo del ridículo, si no fuera éste el ridículo que hace de nuestra vida una tragedia pues estos nuestros indignados locales que tanto se exaltan con algunos (subrayarlo, si los algunos) de los potenciales líderes autoritarios y corruptos en otros parajes, revelaron puertas adentro una extraordinaria condescendencia para con quienes se definía a sí mismo como "animal feroz" y hasta ahora aún no ha podido responder a la pregunta elemental: "¿Cómo paga usted sus gastos? "