La noche contradictoria en que los números no explican todos los hechos (la crónica del Belenenses-Benfica)
La hora está casi cambiando, pero hay tradiciones que nunca deberían cambiar. Hoy, no fueron pocas. El Belenenses-Benfica, un dérbi que por inercia tiene siempre historias muy propias, no fue en el Restelo; la Jamor, una de las etapas más noble del fútbol portugués, no tuvo que juerga habitual del entorno que les rodea y el público era demasiado desnuda a lo que estaba en juego; la lluvia que comenzó a caer momentos antes del juego estaba de tal manera bailando con el viento que llevaba gotas hasta los lugares más abrigados; al intervalo, hubo algunas personas salieron cansadas del encuentro y de las condiciones climáticas con muchos a manifestar lo desagrado por esa actitud. Podríamos seguir enumerando una serie de cosas que no suelen suceder, pero sucedieron. Estaba todo al revés pero no fue por eso que esta fue una noche contradictoria.
Fue una noche contradictoria porque el Belenenses, que después de un triunfo en Tondela a abrir el Campeonato en agosto nunca más había ganado en la prueba, alcanzó la victoria. Fue una noche contradictoria porque el Benfica, que aún no había perdido en la Primera Liga, sumó una inesperada derrota tras el viaje menos logrado a Amsterdam. Fue una noche contradictoria porque el equipo que más oportunidades consiguió crear no llegó ni una vez al gol. Fue una noche contradictoria porque el conjunto que tenía dificultades para pasar del medio campo de forma organizada marcó dos goles mientras el Diablo se frota un ojo. Fue una noche contradictoria por todo lo que las estadísticas muestran, pero aquí los números no explican todos los hechos. La forma en que los encarnados "se secan" por opción propia (errada) el ataque con las sustituciones acabó siendo el golpe final en una noche en que poco o más había a hacer. Tener muchos jugadores en el frente y colocar más avanzados de área en el campo es la tentación comprensible de cualquier entrenador; no encontrar después a nadie que lleve la pelota hasta el último tercio es el principal pecado. Y así fue como el Benfica, que podía haber goleado, terminó el encuentro que podía no haber acabado en 2-0.
El Benfica tuvo una entrada fortísima en el campo y, con sólo 15 segundos de juego, Muriel ya estaba haciendo la primera defensa del juego tras un remate en arco de Salvio. La voluntad de tener una entrada fuerte era demasiado evidente pero en estas cosas del fútbol la diferencia entre el querer y el conseguir es grande. Muy grande. Esta noche, fue un pasillo. O dos, o tres. El Belenenses tenía innumerables dificultades en siquiera pasar la línea de medio campo en posesión mínimamente orientada porque la presión asfixiante y alta de los encarnados no permitía mucho más que eso – dos / tres toques y bola en el adversario, que encontraba espacios en los tres corredores para ir a hacer acercamientos detrás de acercamientos con peligro. En 10 minutos, 3-0 en remates y 76% de posesión.
Muriel, hermano del portero más caro de la historia del fútbol (Alisson, que costó 75 millones al Liverpool después de una gran temporada en Roma), lo mismo que había registrado una noche completamente desastrada contra el Sp. Braga con errores detrás de , que se encuentra en la noche inspirada, retirando el gol a Seferovic y Gedson Fernandes, pero también había otros factores a la mezcla. Rafa decirlo – aprovechando una pelota que estaba goteando reclamado después de un suizo invirtió para el área en el pasillo central, el internacional portugués ha ganado terreno, tiro con el sello correcto, pero Diogo Viana, quien hizo un soporte y se llevó pelota en algún lugar de la zona de la espalda. De Belenenses y de jugadas en el último tercio, casi nada.
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A los 20 minutos, el Benfica ganó otro canto y los entrenadores hacían movimientos inversos en el banquillo: Rui Vitória, con una chaqueta extra por encima del hecho porque el frío no estaba para bromas, daba unos pasos adelante aprovechando el espacio XL para los técnicos que la pista de Jamor permite; Silas, con su adjunto cerca, estaba sentado en el banco, miraba hacia un cuadro y parecía dibujar triángulos con los dedos. Para el primero, mirar al juego era ver un conjunto de virtudes capaz de enorgullecerse de cualquier líder; para el segundo, fijar las atenciones en el campo era percibir casi todo lo que un equipo teóricamente más débil no debe hacer. Sin embargo, y en lo que verdaderamente cuenta, estaban los dos en la misma: a ceros.
A raíz de un canto y de una pelota que pudo haber sido resuelta por Vlachodimos luego a la primera, Eduardo Henrique, de una forma entre el acrobático y el atabalho, obligó al portero encarnado a la primera intervención. Y todo, claro, porque hubo un error; de lo contrario, sería complicado ver el número 1 tener algún trabajo. En el otro lado, la historia era otra y fue una vez más Seferovic a intentar fuera del área lo que no estaba consiguiendo allí, con el remate a salir cerca del poste. El Benfica ya había intentado de todas las formas y ya había experimentado todos los hechizos. En el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia,
En un pase de rotura, Salvio no consiguió llegar a tiempo pero cayó con Reinildo. La jugada no es de hecho fácil, pero quedó la idea de que hubo un toque del lateral brasileño sobre el argentino-después, es una cuestión de interpretar la intensidad del mismo. El Benfica tenía la mejor oportunidad para romper media hora de tiro al muñeco sin éxito y el extremo, que había hecho señal para cambiar las botas cuando había una parada, pidió marcar. El Benfica logró superar a Muriel, un gigante en la portería de Belenenses, de golpe o de botas, ni de penalti. Y quien no mata, muere. En este caso, con el mismo veneno: Zakarya colocó en profundidad para la aceleración de Licá, Vlachodimos salió de carro, cargó el avanzado que parece estar reapareciendo y Eduardo, que hacía el debut en el Campeonato, inauguró el marcador (36 ').
Por romperse anímica o por frustración, el Benfica sintió el gol sufrido. En diez incursiones con peligro, nada de goles; el adversario fue allá abajo una vez y marcó. Pero este belenenses de Silas es un equipo que se logra agigantarse en los encuentros con grandes porque sabe cómo nadie jugar con los tiempos del juego. Sabemos que hay momentos para defender, sabe que hay momentos para intentar atacar, sabe que hay momentos para congelar la pelota, sabe que hay momentos en que se debe apostar a la velocidad. Y sabe, más importante que todo lo demás, que el secreto pasa por aprovechar las inevitables fluctuaciones exhibicional del adversario. En la segunda mitad de la década de los noventa, en el marco de la segunda mitad del año, y que no se le ocurrió a Vlachodimos (42 ').
⏰ 45 '| Belenenses 2-0 Benfica
¿A ???? y que no hay que olvidar que no hay nada que hacer.#LigaNOS #BELSLB #CruzDeCristo #Reconquista pic.twitter.com/88Zx1zg7fo
– GoalPoint.es ⚽ (@_Goalpoint) October 27, 2018
En desventaja por dos goles en un partido fuera para el Campeonato, el Benfica había conseguido sólo una vez dar la vuelta, en Guimarães. Y si es cierto que algunos adeptos encarnados, aburridos con el resultado y aún peores con la lluvia gruesa que cayó durante el descanso, dejaron el Jamor en ese período, la mayoría quedaron y gritó "¡Ustedes son una vergüenza!" Para aquellos que estaban a la vista ser vistos como "desistentes". El caudal ofensivo, incluso sin concreción, parecía acalentar aún la esperanza en el giro, a la que se añadió la entrada de Jonás al lugar de Salvio. Y esa esperanza se justificaba.
El brasileño tardó sólo tres minutos para obligar a Muriel a la primera defensa más apretada del segundo tiempo. Poco después, a raíz de una gran jugada de Rafa a superar varios adversarios antes de soltar el balón, Pizzi, dentro del área descaída a la derecha, disparó para una nueva defensa del brasileño y Jonas, en la recarga, disparó por encima (52 '). En el caso de que se trate de una pelota de baloncesto, que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo, . Era la presión total del Benfica, que perdía gas y discernimiento con el paso de los minutos. Era la resistencia total del Belenenses, que ganaba gas con el paso de los minutos.
En el caso de Pizarro, la sustitución de Rui Vitória, sobre todo la salida de Pizzi a la entrada de Castillo, fueron sacando dominio a los encarnados. Había más peso en el frente, con tres avanzados puros, pero no existía quien agarrarse en la pelota y pudiera llevar hasta las zonas de finalización. Y fue así que Licá, a los 71 ', obligó a Vlachodimos a una gran defensa a evitar el 3-0, antes de Lucca, en la oportunidad más clara, haber cruzado ligeramente hacia adelante cuando Licá estaba listo para entrar aislado. Muriel todavía añadió más capítulos a una exhibición que daría un libro pero la historia del juego estaba escrita.
⚽ Belenenses ???? Benfica
"Azules" golpean ???? sin gol y ésta pierde el liderazgo de la Liga
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