La mayoría de las batallas este año en Siria incluyeron crímenes de guerra
La mayoría de las batallas registradas entre enero y julio en Siria incluyeron acciones consideradas como crímenes de guerra, indicó una comisión de la ONU que investiga las violaciones de los derechos humanos desde el inicio de la guerra civil.
Los crímenes de guerra ocurrieron a través de ataques indiscriminados a las zonas donde se encontraban civiles, bombardeos de instalaciones protegidas por el derecho internacional, como hospitales y escuelas, y uso de armas prohibidas.
También se registraron saqueo y desplazamientos forzados, por los que fueron responsables tanto las fuerzas pro-gubernamentales, tanto los grupos armados rebeldes o terroristas.
La comisión de las Naciones Unidas presidida por el brasileño Paulo Pinheiro presentó este miércoles a la prensa su último informe, que indica cómo los enfrentamientos continuaron en Siria entre mediados de enero y julio, concretamente en las provincias de Alepo, Homs, Damasco, Deraa e Idlib .
En ese período se registraron en Siria niveles de desplazamiento forzado sin precedentes. "En seis meses, mientras las fuerzas progubernamentales recuperaron vastas áreas de territorio de grupos armados u organizaciones terroristas, más de un millón de hombres, mujeres y niños fueron desplazados y la mayoría vive actualmente en condiciones terribles", señala el informe.
"Después de siete años de guerra, (…) existen en Siria más de 6,5 millones de desplazados con una ayuda humanitaria muy limitada", declaró Paulo Pinheiro.
La comisión alertó también sobre el impacto de una ofensiva militar de envergadura en la provincia de Idlib (noroeste de Siria), donde viven 2,9 millones de civiles, de los cuales 1,4 millones son desplazados y un millón son niños.
"Idlib no puede convertirse en la última masacre de la guerra en Siria, la razón debe prevalecer", pidió Hanny Megally, miembro de la comisión.
El gobierno sirio prepara, con el apoyo del aliado ruso, una ofensiva para recuperar el control de aquella provincia, el último bastión rebelde en el país.
Según la ONU, se encuentran en Idlib cerca de 10 mil combatientes de organizaciones jiadistas, que el régimen de Bashar al-Assad dice pretender expulsar.