La gran puesta en escena de Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha sometido al país en los últimos días a un período de incertidumbre y parálisis institucional sin precedentes después de que un juzgado de Madrid abriera diligencias contra su esposa, Begoña Gómez, por presuntos delitos de tráfico de drogas, influencia y corrupción en negocio.
Al parecer las pruebas que cuelgan sobre la mujer de Sánchez se basan únicamente en algunos comentarios en las redes sociales y algunas noticias en los periódicos, lo que motivó la inmediata actuación de la Fiscalía española para solicitar la presentación de la querella al considerar que no había pruebas de ello. delito que justifique la apertura de un proceso penal.
España fue suspendida durante cinco días, después de que Pedro Sánchez difundiera una carta en su cuenta de Twitter en la que anunciaba indignado que estaba reflexionando sobre su futuro personal y una posible dimisión del Gobierno español. Al final, cinco días después, Sánchez en un mensaje al país en La Moncloa desveló que todo no era más que un acto gigantesco para seguir exactamente igual.
¿Qué cambios se produjeron en estos cinco días de reflexión? ¿Qué cambió después de que Sánchez escribiera la carta en Twitter? ¿Qué avances ha habido en las pruebas sobre los presuntos delitos cometidos por su esposa, Begoña Gómez? Nada, estrictamente nada.
Pedro Sánchez incluso tiene razón cuando critica a la ultraderecha y dice que “llevamos mucho tiempo dejando que el barro contamine nuestra vida pública”. Pero es igualmente cierto que el peligro procedente de la extrema izquierda no es menor. Y allí, aparentemente sin ningún malestar, Pedro Sánchez camina del brazo del extremismo de izquierdas.
Pedro Sánchez ha estado al frente del gobierno español desde 2018 y ha revelado que todo vale, ¡realmente todo! – permanecer en el poder, aunque eso signifique aceptar a la extrema izquierda dentro del Gobierno o subordinar el Ejecutivo a las exigencias de los partidos separatistas catalán y vasco que amenazan los cimientos del Estado.
Veremos en los próximos días si este fue sólo un episodio aislado de Sánchez o si habrá más capítulos de esta (triste) actuación.