La evolución de las ranas de Chernobyl muestra cómo los animales se adaptan a la radiación
El accidente de Chernóbil aún reside en la memoria de quienes, a través de los medios de comunicación o de cualquier otra forma, siguieron el desastre. A pesar de estar desierta, la ciudad ucraniana comenzó a ser objeto de investigaciones, concretamente en relación con la supervivencia de algunas especies, en un ambiente manifiestamente inhóspito.
Una de las especies estudiadas fue la rana negra que, debido a su melanina, ha sobrevivido hasta el día de hoy.
Corría el año 1986 cuando, en abril, un accidente nuclear marcó la historia mundial, acuñando los libros con el nombre de Central Nuclear de Chernóbil. El accidente del reactor número cuatro generó la mayor liberación al medio ambiente de material radiactivo en la historia de la humanidad, exponiendo a los ciudadanos y al planeta a altas dosis de radiación.
En ese momento, Chernobyl estaba desierta, debido al peligro que se le empezó a asociar. Sin embargo, junto a esto, también comenzó a ser objeto de investigaciones, concretamente en relación con la forma en que algunas especies se estaban adaptando al medio adverso y, en cierta medida, inhóspito. Después de todo, la radiación puede funcionar como un factor selectivo, favoreciendo la presencia de organismos que sobreviven en áreas contaminadas con sustancias radiactivas.
Han pasado más de 30 años desde el accidente, y Chernobyl es ahora una de las reservas naturales más grandes de Europa, que alberga una gran cantidad de especies en peligro de extinción, como osos, lobos y linces.
el poder de la melanina
En 2016, Germán Orizaola, investigador Ramón y Cajal de la Universidad de Oviedo y Pablo Burraco, investigador de la Estación Biológica de Doñana, detectaron varias ranas de árboles orientales (hyla orientalis) con un tono negro inusual – aunque esporádicamente se encuentran animales más oscuros, la especie suele tener una coloración dorsal verde brillante.
La melanina, además de ser la responsable del color oscuro que adquieren muchos organismos, también puede reducir los efectos negativos de la radiación ultravioleta.
Más aún, su papel protector puede extenderse a la radiación ionizante, como se ha demostrado con los hongos, ya que absorbe y disipa parte de la energía de la radiación. Además de todo esto, la melanina puede buscar y neutralizar moléculas ionizadas dentro de la célula, como las especies reactivas de oxígeno.
Estas acciones que puede tomar la melanina hacen que sea menos probable que las personas expuestas a la radiación continúen sufriendo daño celular y aumenten sus posibilidades de supervivencia.
Las ranas evolucionaron para adaptarse a la radiación de Chernóbil
Después de detectar las primeras ranas negras en 2016, los investigadores decidieron estudiar el papel de la coloración de la melanina en la vida silvestre de Chernobyl, habiendo examinado, entre 2017 y 2019, en detalle la coloración de las ranas arborícolas del este en diferentes áreas del norte de Ucrania.
Durante estos tres años, analizaron el color de la piel del dorso de más de 200 machos de rana capturados en 12 estanques de cría distintos, que estaban distribuidos a lo largo de una zona de contaminación radiactiva. El estudio incluyó algunas de las áreas más radiactivas del planeta, así como otras cuatro fuera de la Zona de Exclusión de Chernobyl.
Los hallazgos de los investigadores revelan que las ranas de Chernobyl tienen un color mucho más oscuro que las ranas capturadas en áreas de control fuera de esa zona. Es decir, sugieren que las ranas de Chernóbil pueden haber sufrido un rápido proceso de evolución, en el sentido de responder a la radiación.
De ser así, las ranas de color más oscuro en el momento del accidente, que normalmente representan una minoría en sus poblaciones, se habrían visto favorecidas por la acción protectora de la melanina. Han pasado más de diez generaciones de ranas desde 1986, por lo que un proceso muy rápido de selección natural puede explicar por qué estas ranas oscuras son ahora el tipo dominante dentro de la Zona de Exclusión de Chernobyl.
El estudio de las ranas negras de Chernobyl constituye un primer paso hacia una mejor comprensión del papel protector de la melanina en entornos afectados por la contaminación radiactiva.
Esperamos que la guerra actual en Ucrania termine pronto y que la comunidad científica internacional pueda volver a estudiar, junto con nuestros colegas ucranianos, los fascinantes procesos evolutivos y de reconstrucción de los ecosistemas de Chernóbil.
Los investigadores compartieron.
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