La dieta equilibrada reduciría el riesgo de muerte por cáncer de mama
Comer de manera saludable puede disminuir la probabilidad de muerte por cáncer de mama en un 21%. Es lo que indica un estudio robusto que será presentado en la edición de este año del congreso de Asco, la Asociación Americana de Oncología Clínica, uno de los eventos más importantes del mundo sobre la enfermedad.
El trabajo comenzó en 1993 e involucró a 48 835 mujeres que ya habían pasado por la menopausia, con edades entre 50 y 79 años. Se dividieron en dos grupos. Uno siguió una dieta normal, con una ingesta de grasa que representaba el 32% o más de las calorías diarias, y el otro redujo ese índice al 25% o menos e incluyó al menos una porción de legumbres, verduras, frutas y granos en el menú diario.
Las participantes que pasaron por la intervención alimentaria adoptaron el plan por cerca de ocho años. Después de eso, todas siguieron siendo acompañadas – hasta ahora, son 19,6 años de seguimiento. Poco más de tres mil casos de cáncer de mama fueron diagnosticados en el período. Y el riesgo de morir por cuenta de él fue un 21% menor en el equipo que comió mejor.
Trabajo sólido
El número de participantes y el tiempo de seguimiento corroboran la relevancia del hallazgo, que refuerza la influencia de la alimentación en el combate al cáncer. "Este estudio añade otra evidencia en la lista de efectos positivos similares para varios tipos de cáncer", declaró la presidenta de Asco, Monica M. Bertagnolli, en un comunicado de prensa.
La investigación fue financiada por el gobierno norteamericano y continúa en marcha, con el objetivo de descubrir cómo prevenir males que afectan a las mujeres en la posmenopausia. Además del cáncer de mama, entran en la lista tumores colorrectales, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Es decir, más novedades deben surgir en los próximos años.
Post-menopausia y cáncer de mama
Según el Instituto Nacional de Cáncer (Inca), el riesgo de desarrollar tumores en las mamas aumenta en esta fase gracias a algunos factores: dejar de menstruar después de los 55 años; hacer reposición hormonal, especialmente por más de cinco años; y presentar obesidad o sobrepeso. Entre el grupo que comió mejor en la encuesta norteamericana, hubo una caída del 3% en el peso corporal.
A pesar de que este adelgazamiento no ha impactado tanto en la mortalidad, es un hecho que el exceso de peso está vinculado al cáncer (y no sólo al de mama). Para tener idea, si la incidencia de obesidad sigue creciendo, se estima que el cuadro podrá causar 500 mil casos extras de tumores al año por las próximas dos décadas sólo en Estados Unidos.
Un segundo estudio llegó a mostrar que la alimentación puede ser aún más decisiva para las mujeres con cáncer de mama postmenopáusicas que presentan componentes del síndrome metabólico, entre ellos están circunferencia abdominal elevada, hipertensión, diabetes y colesterol alto. Todos están ligados al aumento de peso. Para evitar la situación, uno de los caminos es comer mejor.
El bacana es que la dieta considerada equilibrada no es cosa de otro mundo. Bastaría reducir el consumo de grasas en el día a día y, al colocarlas en la rutina, lo ideal es privilegiar las versiones insaturadas, encontradas en los peces, en las oleaginosas y en ciertos aceites vegetales, como el aceite de oliva. Además, hay que incluir más vegetales en la dieta.
Comer al menos cinco porciones de frutas, verduras y verduras al día, ya es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud para disminuir el riesgo de una serie de enfermedades, incluyendo ciertos tipos de cáncer.