La derecha y la extrema derecha juntan a 45.000 personas contra Sánchez en Madrid
Los partidos de la derecha española, Partido Popular y Ciudadanos, y de extrema derecha, Vox, juntaron este domingo a unos 45.000 manifestantes en la plaza Colón, en Madrid, para exigir la dimisión del primer ministro socialista, Pedro Sánchez, y la convocatoria de elecciones.
Las tres formaciones acusan a Sánchez de "traición" y de "negociar la unidad nacional" al mantener conversaciones con los independentistas de Cataluña (noreste) para asegurar la aprobación del Presupuesto del Estado.
En el manifiesto de la concentración, titulado "¡Por una España unida elecciones ya!", Leído a los manifestantes, los partidos acusan al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de "humillación del Estado sin precedentes" y argumentan que los españoles "no están dispuestos a tolerar más traiciones o concesiones ".
El líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, afirmó, a la llegada a la protesta, su oposición a la política de diálogo con Cataluña y aseguró que "el tiempo de Sánchez terminó".
Albert Rivera, líder de los Ciudadanos (Cs), aseguró que Sánchez "va a tener que oír" las palabras de los manifestantes, de lo contrario, apeló, "tendrán que organizarse más manifestaciones".
Y Santiago Abascal, líder del Vox, calificó al Gobierno de Madrid de "ilegítimo y mentiroso", acusando de "traición" y de ser "apoyado por los enemigos de España, del orden constitucional y de la convivencia entre españoles", refiriéndose a los independentistas .
El PP, el Ciudadanos y el Vox, que se aliaron recientemente para gobernar la región de Andalucía (sur), surgen en los sondeos en condiciones de formar una mayoría a nivel nacional.
Sánchez rechaza críticas y acusa a derecha de dividir país
El primer ministro español, Pedro Sánchez, aseguró que su gobierno trabaja por la unidad de España, lo que implica "unir a los españoles, y no dividirlos, como está hoy haciendo la derecha", consideró, reaccionando así a la manifestación en la manifestación Madrid que, según el balance de las autoridades, concentró a 45.000 personas.
El gobierno de Sánchez suspendió las conversaciones con los independentistas el viernes porque, según la viceprimera ministra, Carmen Calvo, los separatistas rechazaron ceder en la exigencia de un referéndum sobre la independencia.
La tensión política ocurre en las vísperas del juicio por el Tribunal Supremo de España, marcado para el martes, de 12 dirigentes independentistas catalanes, acusados de traición en el intento de secesión de 2017.