La democracia no necesita del populismo para estar en juego





Cuando todo esto termina, muchos van a decir que sólo entonces percibieron. Es la costumbre. Pero en este caso, no es necesario que el pájaro de Minerva vue al anochecer: quien quiera, puede percibir ya. Y lo que hay para percibir, es fundamentalmente esto: este gobierno es el socratismo, como es natural que fuese, una vez que el personal político es el mismo. No sabemos lo que los actuales ministros sabían sobre los negocios que, según el Ministerio Público, el antiguo primer ministro hacía con el poder. Pero ciertamente sabían todo sobre el proyecto de control del Estado, de la economía y de la sociedad que fue, entre 2005 y 2011, la esencia del socratismo. José Sócrates salió del retrato, pero el resto de la familia continúa allí, determinada hacer lo mismo. No sólo porque es, cada vez más, la única manera de perpetuarse en el poder, sino porque, siendo necesario, el proyecto hasta puede pasar por "socialismo", entendido como la legendaria "sumisión del poder económico al poder político".





Sócrates ya no está, con su hechizo brusco. En cambio, están el PCP, el BE y el PSD de Rui Rio: de vez en cuando – sólo para el selfie – critican a António Costa, pero fundamentalmente todos se rindieron a la estrategia socrática. Unos percibieron que nunca serían el Syriza, otros se convencieron de que nunca más vencerían las elecciones. Unos estarán disponibles para colaborar en la sujeción del poder judicial, otros para ayudar en la conquista final de la banca, y todos para participar en el descuartizamiento del Estado, en forma de regionalización: un día, cada partido tendrá su jardín. En el caso de que la Asamblea de la República sometida a la supergeneración PS, PCP, BE y PSD-Río nunca será verdaderamente un órgano de escrutinio y limitación del ejecutivo. No es por casualidad que cada vez más gente mira con ansiedad al presidente de la república.

Sí, estamos hablando de la subversión de la democracia. Pero es esto el régimen: una camarilla de políticos sin ideas ni programas, totalmente dependientes de la política financiera del BCE y decididos a aplicar el garrote gubernamental a una sociedad debilitada ya instituciones desestructuradas. A los dependientes del Estado, nos asustan con el fantasma del neoliberalismo, como si el reformismo fuese la causa de la inseguridad; a los más jóvenes, hablan de las desigualdades en el acceso al empleo oa la vivienda, como si la intervención estatal fuera la solución. Tenemos aquí la medida del cinismo de esta clase política. Porque la aprehensión y hasta la frustración de funcionarios o de pensionistas, perfectamente justificadas, son las de quienes dependen de sistemas sin viabilidad, y que todos saben correr el riesgo de caer si la coyuntura de dinero fácil cambiar. Y porque la desigualdad que de hecho enfrenta a los más jóvenes tiene causas varias, pero entre ellas están mercados de trabajo rígidos y políticas financieras que, desde la crisis de 2008, inflacionan los precios de las casas en las ciudades. Es decir -y esta es la belleza de la ecuación-, la oligarquía va generando problemas, y con esos mismos problemas va intentando generar apoyo para su poder. Es casi perfecto.

Preguntarán: ¿y cómo salimos de aquí? Pero la pregunta correcta es: ¿quién quiere salir? O mejor aún: ¿quién tiene fuerza para salir? Allí, en la sociedad portuguesa, la independencia y la confianza sin la cual no hay alternativa tiene que ser un milagro? Sin embargo, la oligarquía llena el aire con gritos histéricos contra Trump y Bolsonaro. Viene allí el populismo, nos dicen, la democracia corre peligro. No sé si el populismo viene ahí o no. Pero lo que la situación portuguesa sugiere es que cada vez necesitamos menos populismo para la democracia está en juego.

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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