La culpa del aumento de peso no es la pizza
Quienes me conocen pueden pensar que estoy legislando por su propio bien en este texto. Confieso que esta afirmación tiene su fundamento, porque Estoy enamorado de la pizza. Este manjar italiano lo conocí con mi padre, quien lo preparaba en casa con moldes hechos para hornearlo a la temperatura ideal. De hecho, el amor por la pizza también rodea a los amigos editoriales de Veja Saúde, ¿verdad Theo Ruprecht? (Nota del editor: ¡sí!)
Con mis conflictos de intereses expuestos, pongámonos manos a la obra. No niego que algunos sabores de pizza pueden contener una cantidad considerable de calorías. Pero el hecho de que una pizza venga en pedazos brinda una oportunidad única para entrenar una forma diferente de comer. Una forma más saludable y adelgazante, por cierto.
Cuando tenemos hambre, comemos varios trozos rápidamente. Mi propuesta es romper este patrón la próxima vez que pidas esta deliciosa cena. Haz lo siguiente:
- Elige tu sabor favorito
- Come un trozo con calma, luego espera 15 minutos
- Solo entonces toma otra pieza
- Espera otros 15 minutos y, si tienes hambre, repite el procedimiento, siempre dando tiempo entre pieza y pieza.
Apuesto a que de esa manera terminarás dejando más pizzas en la caja. ¿Pero por qué?
La sensación de que es hora de dejar de comer está controlada por dos fenómenos. El primero es menos elaborado y se llama saciedad. Se trata de la cantidad de comida que cabe en nuestro estómago. Y necesitamos tragar mucho para llenarlo.
El segundo es un proceso exquisito, con varios moduladores gastrointestinales, cerebrales, etc. Él va por el nombre de saciedad. Cuando comes la comida lentamente, este mecanismo tiene tiempo de entrar en escena y regular tu ingesta sin necesidad de tantos bocados.
Podemos sacar dos lecciones de aquí:
- Al consumir los alimentos más lentamente, comeremos menos alimentos y menos calorías.
- Comer rápidamente culmina en un abuso que ayuda a desarrollar michelines.
O sea, puedes comer pizza sin engordar! Como os mostré, es un alimento que te permite controlar fácilmente tu ingesta, porque siempre puedes tomarte un descanso entre las piezas.
En otros platos, tenemos un mayor riesgo de equivocarnos, porque cuando nos servimos con hambre, obtendremos más comida de la que necesitamos. Y, en nuestro afán por llenarnos el estómago, no dejaremos tiempo para que la saciedad entre en escena.
¿Quién diría que la pizza es inocente y que aún puede ser un aliado en el proyecto de pérdida de peso?