La actividad física ayuda a controlar incluso los casos de asma moderados y graves
Los resultados de una encuesta de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo están haciendo que los expertos analicen la relación entre asma y actividades físicas desde una perspectiva diferente. Habitualmente, un estilo de vida sedentario se ve como consecuencia de la enfermedad, ya que los asmáticos suelen evitar el deporte que temen sufrir dificultad para respirar durante el esfuerzo. Pero un estudio realizado por el fisioterapeuta y profesional de la educación física Celso Carvalho, investigador en la materia desde hace más de 20 años, señala todo lo contrario: la inmovilidad aumenta el riesgo de ataques de asma.
Estamos hablando de una enfermedad crónica que, incluso tratada con los medicamentos adecuados, puede manifestar síntomas en determinadas situaciones. “Este estudio muestra que, además de la medicación, otros factores son importantes para aliviar los síntomas y prevenir las crisis”, explica Carvalho.
El estudio evaluó a 300 pacientes de Brasil y Australia con versiones moderadas o graves de la enfermedad. Todos fueron tratados de acuerdo con los estándares. Entre las personas sedentarias, el riesgo de crisis era un 80% mayor y el de ser hospitalizado un 20% mayor. Esto en comparación con los asmáticos que realizaban media hora de actividad física moderada al día.
“Además, vimos que cuantas más comorbilidades tenía la persona, como obesidad y ansiedad, mayor riesgo de complicaciones. Esto sugiere que, además del tratamiento de la parte respiratoria, es importante que el paciente sea capaz de mantenerse físicamente activo, con el peso bajo control y atendiendo las cuestiones emocionales ”, apunta Carvalho.
Actividad física x broncoespasmo
El miedo de las personas con asma al ejercicio tiene una base: cuando se someten a esfuerzos intensos, pueden desarrollar broncoespasmo. Es decir, los bronquios de los pulmones se cierran, provocando un estrechamiento de las vías respiratorias que provoca dificultad para respirar.
“El problema es que cuanto más sedentarios, menos acondicionados físicamente estarán. Entonces, cualquier actividad puede provocar broncoespasmo y dificultad para respirar ”, explica Carvalho. Es un círculo vicioso que solo se puede romper con sesiones de ejercicio.
El experto sugiere que los asmáticos empiecen a moverse y evolucionen gradualmente, siempre bajo la supervisión de un profesional. “Con ejercicios regulares, la mejora será constante”, indica.
La buena noticia es que otro estudio de Celso Carvalho indica que 30 minutos de caminata al día ya ayudan a reducir los síntomas del asma.