Jugar en el mar en la infancia mejora la salud mental en la edad adulta
jugar en espacios azules en la infancia – como el mar, lagos, ríos o cascadas – mejora la bienestar y el salud mental hasta la edad adulta, lo que refuerza la importancia de mantenerse en contacto con la naturaleza desde una edad temprana.
La conclusión es de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Exeter, tras analizar datos de 18 países, entre ellos Europa, Estados Unidos y Canadá. Los resultados fueron publicados en el Journal of Environmental Psychology.
Los beneficios potenciales para la salud del contacto con espacios verdes (como parques, bosques y jardines) son conocidos por la ciencia desde hace algunos años, pero este es uno de los primeros estudios que investigó el impacto de ambientes con agua y demostró la importancia de este contacto desde la infancia.
La primera publicación que llamó la atención sobre los beneficios de la naturaleza data de 1984. La investigación analizó a los pacientes que estaban hospitalizados y comparó la recuperación entre los que pasaban por alto las áreas verdes con los que no.
El trabajo demostró que aquellos con visión requerían menos analgésicos y pasaban menos tiempo en el hospital en comparación con los demás.
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“Este estudio de la década de 1980 despertó el interés de la ciencia en este tema. Pero en los últimos cinco años hemos tenido un aumento significativo en el número de publicaciones. Con la pandemia, ese interés ha aumentado mucho”, dijo Eliseth Leão, líder del grupo de Investigación e-Nature – Estudios Interdisciplinarios sobre la Conexión con la Naturaleza, la Salud y el Bienestar e investigadora del Centro de Enseñanza e Investigación del Hospital Israelita Albert. einstein
memoria afectiva
Entre las hipótesis para explicar los beneficios del contacto con la naturaleza y los espacios azules en la infancia se encuentra la creación de un experiencia positiva y de uno memoria afectivalo que posiblemente hará que la persona frecuenta estos lugares con mayor frecuencia a lo largo de su vida.
“Esto acaba reforzando el bienestar percibido en la infancia y eso en sí mismo favorece la salud mental porque aumenta la satisfacción con la vida”, explica la investigadora.
Eliseth también dijo que los ambientes naturales ayudan a regular las emociones y manejar los procesos de estrés, además de favorecer el desarrollo cognitivo de los niños, con el consiguiente aumento de materia gris en la corteza prefrontal: “Este es un factor protector contra la depresión, ya que los estudios demuestran que esta área del cerebro parece estar relacionado con la depresión”, dijo.
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Los beneficios del agua
Los autores de este estudio señalaron que los espacios azules tienen cualidades sensoriales únicas – como el reflejo de la luz en el agua, el movimiento de las olas del mar, los sonidos del movimiento del agua – y posibilitan la realización de una serie de actividades de ocio, como pesca, natación, deportes acuáticos, entre otras.
Según Eliseth, cada escenario que vemos cuando contemplamos el agua (ya sea el mar, una cascada o un lago en calma) tiene el potencial de desencadenar una emoción positiva específica que aumenta la sensación de bienestar.
“Tuvimos la oportunidad de observar esto con un estudio con un banco de imágenes fotográficas, que validamos para su potencial uso en ambientes clínicos e investigaciones sobre el tema. Nos damos cuenta de que cada elemento de la naturaleza tiene el potencial de traer una emoción diferente a las personas. Si observamos esto en las fotografías, es muy probable que esto también suceda en escenarios naturales”, destacó.
Según Eliseth, los sonidos del océano también activan la región de la corteza prefrontal, que está asociada con las emociones. Además, las ondas contribuyen a la formación de iones negativos que aceleran la capacidad de absorción de oxígeno (y esto mejora la oxigenación de la sangre) y aumentan la actividad cerebral.
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“Al inhalar estos iones negativos se produce un aumento de la serotonina, que es un neurotransmisor que actúa en la regulación del estado de ánimo y el sueño. Por eso el mar ayuda a aliviar la depresión, el estrés, y además provoca una consecuente mejora en el sueño”, explica.
Reconexión con la naturaleza
Los autores del estudio advierten que con la avance de las tecnologias la gente se está alejando cada vez más del mundo natural.
Citan un estudio inglés en el que el 22% de los encuestados dijo no tener interés en visitar entornos naturales. Eliseth señala que se necesita una “reconexión con la naturaleza” porque es importante no solo para la salud, sino también para la supervivencia de la especie humana.
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La investigadora dice que para llevar estos resultados a la vida real, es necesario reforzar el tema de la reconexión con la naturaleza, especialmente entre los niños y jóvenes, además de crear caminos no solo para la investigación, sino también para la políticas públicas dar a conocer la importancia de la biodiversidad para la salud. También dice que es necesario ampliar conocimientos y estudios sobre el tema.
“Sabemos que las tecnologías llegaron para quedarse. Entonces necesitamos usar esta tecnología para difundir el conocimiento. Pero tenemos que utilizarlos de forma equilibrada. Son herramientas muy útiles, pero también suponen un riesgo para nuestra salud ya que contribuyen a la desconexión con la naturaleza”, concluyó.
Este texto fue publicado originalmente por la Agencia Einstein