Introducción a los alimentos: qué hacer para tener éxito
Muchas dudas surgen a los padres cuando llega el momento de introducción a la comida. Según la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP), el bebé debe recibir alimentos complementarios asociados a la leche materna desde el 6 meses de vida. Esta fase debe coincidir con algunas señales, interés por coger objetos y llevárselos a la boca, y poder sentarse solo o con poco apoyo.
Sin embargo, no siempre es tan sencillo incluir alimentos en la dieta de los más pequeños, este proceso puede incluso tomar meses, porque cada niño tiene un ritmo. La mayoría de los niños se acostumbrarán a la dieta familiar alrededor del año de vida. Sin embargo, hay una forma individual de adaptarse a la comida.
El rechazo a la comida, la falta de apetito o la falta de interés en la ingesta de alimentos pueden ocurrir en varias etapas de la vida. A los 6 meses, al comienzo de la introducción de alimentos, los bebés pueden comenzar a elegir lo que quieren (o no) comer.
De cualquier manera, es importante comenzar el proceso ofreciendo frutas y verduras frescas, en trozos pequeños y por separado. También es fundamental incluir todos los macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) y micronutrientes (sales minerales y vitaminas).
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En esta etapa de su desarrollo, el bebé todavía está descubriendo sabores y texturas, en definitiva, creando el paladar. Es papel de la familia animarlo y no dejar de ofrecerle comida. Un ambiente tranquilo, alejado de la televisión y los teléfonos celulares, también contribuye a este proceso de aprendizaje.
Para un niño atípico, la introducción de alimentos es aún más importante y el estímulo visual tiene un gran atractivo. Por eso, déjala explorar la comida, oliendo, lamiendo y mordiendo. Además, promueva las comidas en familia, con todos en la mesa, incitando la curiosidad por la comida, evitando en lo posible que el niño desvíe la atención de la comida.
Antes de que pienses que tu bebé tiene algún tipo de cambio en la dieta y pánico, mirar algunas preguntas: si recién está adquiriendo un paladar selectivo y, por tanto, aprendido a elegir lo que quiere comer; si la introducción se está realizando correctamente; y, finalmente, si el niño tiene una enfermedad compleja que le impide respirar o tragar.
Para discutir estos y otros comportamientos, es fundamental llevar a cabo la Citas periódicas con el pediatra general de niño Así, tras la evaluación, el profesional puede constatar la necesidad de un seguimiento multidisciplinar, incluyendo en el proceso logopedas, nutricionistas o nutrólogos. Aspectos como el volumen de la dieta, el número de comidas, la consistencia y la presentación de los alimentos se pueden discutir durante las consultas.
Aunque desafiante, este es una de las mejores etapas del desarrollo infantil.
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