Integralismo y Modernismo – la urgencia de un desagravio
Los colores atenuados de la Navidad se prolongan en un fin de semana ameno que, simulando la tranquilidad, amenaza aún la latente agitación del Pasaje del Año.
Folleto el Expreso con la somnolencia que queda a la lectura tibia de un periódico que el tiempo ha hecho enfriar. Que expresa nostalgia por aquel periódico que nos sacaba de la cama …
Paro, curioso, en Diogo Ramada Corto. El título reluciente habla de Modernismo e Integralismo. ¡Finalmente !, pienso, en la súbita brusquedad que ese interés inesperado me suscita. En el primer párrafo la revista parece querer hablar conmigo. Habla de cosas que creo que quedaron sólo en el crisol de mi familia. Amadeo, el exponente más grande de nuestro Modernismo, era Monárquico e Integralista!
Siempre me sorprendió este espanto – pero siempre sonríe por pensar que pocos, como yo, sabían de la similitud cultural, conceptual y filosófica entre los dos Movimientos. El Orfeo como vanguardia de un Movimiento cultural y artístico donde pontificaban a Pessoa, Almada, Amadeo o Santa Rita y la primera generación de Integralistas, un movimiento político de oposición a la Primera República donde se destacaron nombres como António Sardinha, Luís Almeida Braga, Alberto Monsaraz y, José Pequito Rebelo.
Los dos Movimientos crecieron juntos, en la misma inquietud, hermanados en la lucha contra una República obscena y castradora que creó para el futuro una ética hipócrita y falsa, erguida en el caos y en la desgracia social.
Contra esto era necesario construir y Amadeo transcribe eso mismo, cansado que está de la decadencia de soluciones del "status quo" monárquico y, dice, de la "república demoledora e infecta".
, Que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo. Tal vez Ramada Corto quisiera hablar de una aspiración que parece reflejarse del Mensaje, para un nacionalismo ávido de orden, o progreso, de civilización o de Imperio. La persona es, eso sí, impelido a salir de él mismo para desligarse de la anarquía voraz y fétida que hervía en las calles. Lo hace conscientemente, no fuera el Mensaje el único libro que quiso publicar.
Y es también conscientemente que Fernando Pessoa acompaña el Movimiento Integralista tan deseoso de construcción y de ruptura como el Movimiento Modernista que el propio ayudaba a impulsar.
Amadeo es, a partir de Manhufe, un poco de todo – como fue en su vida fugaz. Y, curiosamente, es también él quien se empertiga para garantizar la conexión más evidente entre dos movimientos que sólo no eran del mismo "bloque", como dice Ramada Corto, porque acudían a problemas diferentes, diversas que eran las motivaciones de cada uno.
Interesante percibir este fin de año propenso a balances y confesiones que la cultura, aquella que verdaderamente se construyó a principios de siglo con el nombre seguro y universal de Modernismo, tenía en la esfera política y social, un espejo progresista y constructivista concretado en el Movimiento del Integralismo lusitano. Y que el Integralismo Lusitano fue la reacción posible de una élite política de referencia a las miserias de una república traulitis exasculada de ideas, de sentido cívico o de responsabilidad ética y social.
A medida que el movimiento modernista portugués comenzó a ser conocido y alabado mundo exterior, llevando a cabo con valentía grandes figuras de nuestra historia que no tenía más brillo porque permanecieron atados a atavismo cultural, político y social en el que vivimos, también Integralismo no-tener el tiempo de redención que merece.
Como un movimiento político inusual que, sin contentarse con el orden establecido por el Estado Nuevo, quiso ser la valerosa alternativa de construcción y de progreso al descuido y la descalificación social prevalecientes – únicos residuos de una Primera República que avergüenza la Historia que tenemos y somos .
Lo que merece meditación en este texto ambiguo pero valeroso de João Ramada Corto es el caer de máscaras sobre la calidad de nuestra Primera República. De hecho, no fue Amadeo que abrazó un movimiento retrógrado, o la persona se agarró a una especie de fascismo los portugueses fueron los dos que, en el genio constructivo y creador, si querían rescatar el tiempo grisácea que vivían y no dispensada a soñar de nuevo en Portugal Mayor.
Presidente de la Causa Monárquica