Imposición de precios de venta hace desaparecer carne de los supermercados venezolanos
La imposición por el gobierno venezolano de precios máximos para la venta al público hizo desaparecer la carne de los supermercados y carnicerías, en los que frigoríficos y arcones congelados están ahora vacíos.
La situación, que afecta tanto a la venta de carne de vaca, de cerdo y hasta de pollo, hace algunos vendedores recordar el año 2016, cuando, según analistas, escaseaban el 80% de los productos básicos en el país.
"Estamos preocupados, porque en agosto el ejecutivo reguló [fixou um valor máximo] los precios de la carne y los distribuidores querían que comprar a precios más altos. "Tuvimos que devolver los pedidos y ahora no hay abastecimiento de carne", explicó un vendedor a la agencia Lusa.
Whicho Bello, de 40 años, propietario de un tallo en La Campiña, en el centro este de Caracas, capital del país, está hace más de dos semanas sin ningún tipo de carne y todos los días cuestiona cómo va a pagar "la renta, la electricidad y a los trabajadores ", cuyo salario aumentó 35 veces, recientemente, pasando de 52 bolívares soberanos (BsS) a 1.800 BsS.
"Es complicado, la semana pasada abrió sólo dos días, porque llegó carne de pollo que, en menos de una hora, se vendió todo. Parece que la falta de carne se va a agravar a corto plazo y tendré que decidir si cierro o no las puertas, porque la renta aumentó, en junio, el 4.000% con relación a enero ", desabafó a Whicho Bello.
También en La Campiña, una conocida tienda distribuidora de pollos y derivados está recibiendo una cantidad reducida comparada al promedio de ventas.
Para controlar la oferta, el establecimiento trabaja con las puertas cerradas y llama una vez por semana a los clientes para darles la posibilidad de comprar carne, explicó uno de los empleados.
"Quien ya compró no puede volver a comprar, porque tenemos que distribuir por todos, a veces alguien quiere pechos de pollo y acaba por llevar pollo picado porque es sólo eso lo que hay para la venta", subrayó.
María Marlene Quevedo, de 50 años, hace varios días que busca comprar carne.
El pasado sábado, "con un poco de suerte", consiguió comprar dos kilogramos de bifes en un mercado ambulante, en Chacaíto, en el este de Caracas.
"Como sabía que vendrían carne, me levanté poco después de las cuatro de la mañana y fui a hacer cola, por las 06:30 horas ya no había carne", dijo.