Hipatia: para que en la Cuaresma no nos quedamos en la misma





Corrió el octavo día de marzo de 415 AD. La tarde estaba soleada. Era el Tiempo de la Cuaresma, en Alejandría. Hipátia seguía tranquila en su carruaje cuando fue atacada por una turba hostil. Arrastrada para una Iglesia cercana fue torturada hasta la muerte. Usaron pedazos de teja para cortar su cuerpo que luego lanzaron en una hoguera. Hipátia era una influyente pensadora clásica. Los historiadores son unánimes en afirmar que Cirilo, el obispo de Alejandría, ha tenido una enorme responsabilidad en el asesinato de Hipatia. (Gibbon llega incluso a decir que el trágico asesinato de Hipátia marca el fin de la Antigüedad Clásica). Es decir, el teólogo más poderoso del mundo de entonces, mandó matar a la filósofa más famosa de aquel tiempo. Viene este arroubo histórico a propósito de estar atravesando otro tiempo de Cuaresma … ¿O es que estamos? La duda es legítima, dado el silencio a que se vota este período litúrgico. Yo sé que se supone que estamos en tiempo de preparación para la Pascua. Sé que debemos dedicarnos al ayuno ya la oración. En fin, es tiempo de intimidad e introspección. No de exterioridad y expansión. Pero, me parece que pasamos del macumbaria carnavalesca a la dulzura Pascal, con exagerada ligereza. Como si lo que sucede por el medio no fuera esencial, sólo lateral.





Hipatia enseña diferente. Su historia se niega a ser olvidada y me trae siempre a la memoria, por analogías transversales, preciosas lecciones que el Tiempo de Cuaresma nos da. La Cuaresma no sólo tiene que ver con dejar de comer chocolate o dejar de ingerir alcohol por 40 días. Cuaresma tiene todo que ver con mi peregrinación cristiana.

1. Intimidad. Hay un auto-análisis enfermo que habita en abusos poco sanos. Pero, también existe un auto-examen que alienta humildad y disciplinas espirituales bien necesarias en los tiempos modernos. Para ello necesitamos tener un equilibrio entre dos realidades que convergen en la Cruz de Cristo: nuestra corrupción espiritual y la Gracia Divina. Divorciadas, estas verdades generan, o un orgullo desmesurado, o una ansiedad desesperada. En la confianza de la Gracia de Dios habita la seguridad que permite el sondeo de los más íntimos pensamientos, motivaciones y deseos de nuestro corazón, desenterrando la contaminación pecaminosa. "Podemos como el Salmista expresar:" sonda mi Dios y conoce mi corazón, y ve si hay en mí algún mal camino "(Salmo 139: 23-24) Detalle: Dios no descubre nada que Él mismo ya no conozca. Sin embargo, su escamoso escrutinio, no es para avergonzarnos, sino para sanar.

2. Fidelidad. Cristo llevó sobre sí la Cruz. La cruz era sólo de Él. Sin embargo, Él también pide un compromiso por nuestra parte: "si alguien quiere venir tras mí, tome su cruz y sígame (Lucas 9:23). Seguir a Cristo trae innumerables beneficios. Pero también estamos expuestos a muchas inseguridades. "En el mundo tendréis aflicciones, pero tened buen ánimo Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Y son precisamente esas inseguridades que prueban nuestra seguridad. Las incertidumbres sacuden nuestras certezas. El período de Cuaresma nos da la oportunidad de probar nuestra fidelidad a Cristo. ¿Será que nuestra integridad espiritual tiene el espesor de una barra de chocolate? ¿O estaríamos dispuestos a sacrificar la propia vida por amor a Jesús? "Apedreados, aserrados por la mitad, muertos al filo de la espada …" (Hebreos 11:37). ¡Qué horror! ¡Qué es esto! ¿Fanatismo? … ¿Será?

3. Mortalidad. La caza desenfrenada al elixir de la eterna juventud parece haber seducido a la sociedad moderna. Esta práctica cinegética tiene contornos varios: son las mejillas de botox, son las barrigas aspiradas, son las pestañas súper pestanas, es los productos light, los veganos, los bio-sostenibles, el pan integral, la coca cero, el control calórico , el colesterol, el diámetro abdominal, la presión arterial, las caminatas higiénicas, el pilates … ¡Uff, hasta me quedo sin aire! Bueno, nunca se murió de forma tan sana. El hecho es que el aplazamiento de la muerte no obliterará su imparcialidad. A la primera tragedia de aire, se seguirá el último suspiro de la muerte. Por el medio habrá un sin número de episodios respiratorios, unos más normales que los demás. La muerte es el último enemigo. Ciertamente. Pero para el cristiano la muerte es un enemigo conquistado y ya derrotado. "Erradicada fue la muerte en la victoria de Cristo (1 Corintios 15:53). Hay una tradición cristiana de dibujar la cruz en la frente de los fieles cada miércoles de Ceniza, mientras se dice: "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" (Génesis 3:19). Sí, pero las cenizas en forma de Cruz, apuntan a la gran verdad de que sólo la Cruz de Cristo, permite escapar del polvo de la muerte. Porque esta Cruz mata la muerte, e inaugura una "viva esperanza" (1 Pedro 1: 3).

4. Frontalidad. Hay algunos textos que generalmente se indican como lectura obligatoria en las liturgias Cuaresmales. Uno de ellos, es Juan 2: 13-22 que describe la expulsión de los vendones de Templo por Cristo. Esta actitud de Cristo desafiaba un sistema corrupto que se perpetuaba tanto en el Templo de Jerusalén como en todo el Imperio de Roma. Estos templos eran importantes instituciones bancarias. Era terreno sacro y el que se depositaba en ellos estaba protegido. Esta actividad no interfería con la normal liturgia de los sacrificios y la adoración. Entonces, ¿por qué queda Cristo tan indignado? Simplemente, porque este "negocio" estaba reservado para la clase clerical y sólo beneficiaba a los de elevada posición social. Es decir, los desfavorecidos eran descuidados. El sistema era una forma de opresión social. Cristo se rebela con eso, porque la casa de su Padre sería espacio de inclusión y no de exclusión. La Cuaresma nos recuerda que nuestro prójimo está de nuestro lado, y no en el otro lado del planeta. Otro texto Cuaresmal, se encuentra en Juan 12:23 cuando unos Griegos piden a Felipe para ver a Cristo y Él dice que "ha llegado el momento del Hijo del Hombre ser glorificado". El contexto deja claro que la Glorificación de la que habla Jesús es la de su muerte. Sólo el grano de trigo que muere, al caer a la tierra, es que da mucho fruto (Juan 12:24). Y cuando Cristo enseguida dice que "Él será levantado sobre la tierra" (Juan 12:32), la explicación viene lista: "Él dijo esto para indicar el tipo de muerte de que habría de morir" (Juan 12:33) . En otras palabras, "ascensión" aquí significa ser levantado para morir en una cruz. Dios salva al mundo precisamente a través de aquello que es menos digno: sufrimiento y muerte. El Mesías no vino a este mundo para conquistar por el poder político o por medios bélicos. Él no hace alianzas con los ricos y poderosos. Su Reino no es "de este mundo" porque sus criterios de éxito no tienen nada que ver con la manipulación o la explotación. Por el contrario, Cristo se anuncia presente entre aquellos que se encuentran de lado equivocado del poder. Por todo ello, el ejercicio espiritual de la Cuaresma no se puede resumir a dejar de comer chocolate o no tocar en alcohol. Estas actitudes nefelibatas son un mero masaje para sentirnos cómodos. La disciplina cuaresmal debe pasar siempre por desafiar la legitimidad de sistemas políticos, sociales y económicos que permiten a los pobres continuar con hambre. La Cuaresma establece para el cristiano fiel, una sospechosa fundamental y frontal, de los caminos superficiales de nuestras instituciones. La voz de Jeremías tiene un eco milenario: "curan superficialmente la herida de mi pueblo, diciendo: Paz, paz; cuando no hay paz "(Jeremías 6:14).

Hipátia fue selvaticamente asesinada, (ciertamente) por orden de Cirilo, poderoso obispo de Alejandría. Sobre la muerte de éste se escribió que "se temía que los muertos quedaran tan molestos con su compañía que lo pudieran mandar de vuelta a la tierra". Contrariamente, según Sócrates Escolástico, Hipátia era mujer de "múltiples conocimientos … de todas partes venían filósofos y matemáticos para consultarla debido a su carácter valeroso. Ella no se avergonzaba de estar en compañía de hombres, porque todos la estimaban grandemente, y todos la admiraban por su pureza y sabiduría ". La descripción de la modesta Hipátia me parece más de acuerdo con los valores de Cristo … ¡Curioso, no lo es!





Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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