Explicación del final del pelotón
Al principio de la película, Taylor le dice a su abuela que está en el infierno. Cita a un escritor no citado que una vez describió el inframundo como un lugar gobernado por «la razón de la imposibilidad». Aunque encuentra consuelo en la sabiduría mezclada con marihuana de Elias, está igualmente irritado por la abyecta crueldad y dedicación de Barnes a «la máquina». Ambos sargentos siguen sus órdenes, pero Elias lo hace con pesar. Elias le confiesa a Taylor que Vietnam es una campaña perdida. «Hemos estado pateando el trasero de otras personas durante tanto tiempo que creo que es hora de que pateemos el nuestro». Barnes es un verdadero creyente en el proceso. Le encanta pelear y detesta el consumo de marihuana de Elias. «Yo soy la realidad», se jacta.
El odio de Barnes se extiende a las personas a las que debe defender. Cuando el pelotón, dolido por un ataque furtivo que mató a tres de sus miembros, descubre un alijo de armas en una aldea pacífica, Barnes ejecuta a la esposa del líder de la comunidad por pura furia sin razón. El pelotón quema el pueblo hasta los cimientos. Se cometen innumerables crímenes de guerra. Se avecina una investigación y Barnes está decidido a frustrarla.